Fiesta en Casa

Relato enviado originalmente por Enrique M. el 14 de Agosto del 2000

Tengo una casa de soltero a la que le puesto “La Madriguera” regularmente hacíamos fiestas mis compañeros de escuela y yo a mas de ser allí donde acostumbraba llevar a la chicas con las que andaba , – los hoteles se me hacen muy vulgares – pero esta vez no era mi fiesta, alguien me había contactado con un grupo de muchachos unos años menores que yo para que les rentara mi casa para hacer una fiesta, accedí con la condición de que me invitaran.

Por tratarse de día de muertos “Hollawen” la fiesta era de disfraces; decidí llevar a Teresa una chica con la que tenia una relación de unos años atrás bastante candente, ella era morena clara, con ojos color miel, piernas delgadas, cadera ancha, voz de niña, pero sobre todo su mejor atributo eran su senos, eran enormes, redondos abundantes y bien formados; cuando la conocí era todavía muy niña y tímida.Con el pasar de la relación le enseñe a usar escotes blusitas pegadas, en fin a lucir lo que tenia y a mi me encantaba que se le quedaran viendo cuando salíamos, la manoseaba delante de los demás y cuando regresábamos de ir algún bar casi siempre la llevaba con los pechos de fuera, a esas horas de la madrugada no había gente en la calle.

Para la fiesta decidí comprarle un traje tipo Gatubela negro pegado al cuerpo con un corsete que le subía sus pechos y los ponía como en charola, como un apetecible manjar luciéndose ante todos, una peluca rubia, y por supuesto un antifaz; es por demás decir que se veía suculenta.

La fiesta se desarrolló bastante decente de las nueve a las doce, hora en que la mayoría de la mujeres se empezaron a marchar quedando solo un grupo de muchachos algo tomados, nada que yo no pudiera controlar.

Bailando al empecé a manosear cada vez de manera más obvia, bajándole el escote y poniendo mis manos sobre sus pechotes, ella también estaba algo tomada y empezó a bailar sola arrimándosele a los muchachos, los cuales se empezaron a excitar y como no excitarse con tremendas repagadotas, pero no dejaba que la tocaran luego se acercaba a mi y me tocaba el pene sobre el pantalón. nos besábamos apasionadamente, me frotaba su senos y yo le tacaba todo lo que tenia a mi alcance mientras lo muchachos gritaban y aullaban como lobos no dejando de poner música cachonda.

Poco a poco fuimos avanzando mas, su senos casi se desbordaban por el semiabiero corsete, le baje el cierre lateral de pantalón dejando ver una diminuta tanga negra; ella por su parte no dejaba de contonearse al tiempo que metia la mano adentro de mi pantalón, para entonces ya estabamos rodeados por un grupo de 10 muchacho que nos aplaudían y aullaban , ella les correspondía acercándoseles de ves en cuando y permitiendo pequeños roces, subió la pierna para que unos de ellos le ayudara a quitarse el pantalón muy acomedidos le ayudaron a saltar el obstáculo de sus zapatillas mientras la tocaban un poco mas cautelosos de mi reacción.

Ella regreso a mi semidesnuda, la acosté en la mesa y desabroche el corsete quedando al descubierto sus senos, después tomo mi pene y lo empezó a lamer como una gatita mientras los allí presentes se frotaban el pene sobre el pantalón, se lució lamiéndomelo, se lo metia y se lo sacaba de la boca mientras su mano mantenía un ritmo delicioso.

Tome una dulcera que tenia llena de condones, la abrí y los deje caer sobre la mesa, ofreciéndoselos a los muchachos, quienes entendieron muy bien mi invitación, se acercaron a nosotros y al empezaron a manosear por todos lados, prácticamente le arrancaron la tanga.

Ella gemía con mi pene en su boca y veinte manos sobre su cuerpo, las bocas entraron en acción, le mordisquearon la piernas y se dieron un baquetazo con su senos, todo sucedía tan rápido, le metían los dedos, le mamaban las tetas, mordían su piernas y ella se aferraba con mas fuerza a mi pene, le hacían sexo oral desfrenados, ella gemía y gemía, su cara era de un placer intenso.

Por fin uno de ellos se animo a cogersela, mientras los demás no dejaban de tocarla, uno a uno se la fueron cogiendo.

Yo checaba que todos se pusieran condón – recuerden que lo seguro no quita lo excitante – ella gritaba mientras vergas de todos tamaños colores y formas la penetraban llego al punto de llorar mientras yo la besa y la consolaba por las tremendas embestidas que le estaban dando.

La pusimos de a perrito para que le siguieran dando, yo no aguante mas y revente en su boca batiéndole toda la cara y el antifaz de esperma, luego uno de ellos se quito el condón y se vino encima de su espalda a lo que ella reacciono con un enorme grito, luego el resto hizo lo mismo todos vinieron encima y ella gozaba frotándose ese liquido blanco, espeso y caliente por todo el cuerpo.

Cuando paso por todos ellos, algunos repitieron, me siguió besando se acerco a mi oído y me dijo ” ahora enséñales como se coje “; me subí a la mesa con ella me hinqué la agarre de la cintura y la subí a mi los de frente, nos movíamos como nunca, perfectamente coordinados ella gritaba mientras escurría a chorros de su vagina oleadas y oleadas de un liquido trasparente y caliente salían tras cada movimiento, me acostó y comenzó a cabalgar encima de mi dando una exhibición de buen sexo hasta que me hizo venir, estabamos sudados batidos de cualquier cantidad de liquido sexual, ella cayo rendida sobre la mesa, se quedo dormida allí mientras los invitados comenzaron a marcharse dándome las gracias y diciendo que había sido la mejor fiesta de su vida.

Obviamente el chisme se regó y la Gatubela pechugona se hizo famosa todos quería saber quien era, por fortuna ella no se quito el antifaz. Todos me preguntan cuando volveré hacer una fiesta, y yo respondo “no se quizás muy pronto..” .

Author: CuentosCachondos

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