Relato enviado originalmente por joseluis1022@LatinMail.com el 12 de Julio del 2001 a www.SexoServicio.com
Nuestra generación se reúne cada tres meses en un lugar, que hace bastante tiempo, acostumbramos. Y como siempre, después de compartir un rato, nos organizamos los mas colgados por el gusto de vernos, para seguir recordando nuestra época de estudiantes.
Seguimos la parranda, además de mí y dos compañeros de la generación, con dos chicas que normalmente asisten a nuestra reuniones. Entramos a un bar de la zona rosa, donde platicando se nos fue pasando el tiempo, y a las 12 de la noche, se retiraron los compañeros, puesto que tenían que pesentarse a trabajar temprano al día siguiente. Al ver que me quedaba solo con las dos chicas, pedí la cuenta, y les ofrecí llevarlas a sus respectivas casas. Ellas, ya un poquito pasadas de copas, me dijeron que era muy temprano para terminar la diversión, y que mejor la siguiéramos. Por lo que al salir del bar, les pregunté a donde deseaban ir. Adriana, que era la más tranquila de las dos, y la que menos había bebido, Propuso que fuéramos a su departamento, ya que su compañera con quien lo compartía, estaba de viaje en Sinaloa visitando a su familia. Y por lo tanto, podíamos estar tranquilos sin que nadie nos molestara. A Licha y a mí, nos pareció buena la idea, por lo que nos subimos al aut!
o en esa dirección…. En el camin
Al entrar, Adriana puso su estéreo con música ambiental suave, puesto que no deseaba importunar a los vecinos. Nos preparamos unas cubas, para sentarnos a platicar. Licha le dijo que si no tenía algún juego para entretenernos. Y ésta sacó una baraja con la que nos pusimos a jugar conquián. Sacamos el cambio que traíamos, y empezamos a apostar, hasta que después de algunas manos a Adriana y a mí no nos quedaba dinero. Entonces Licha sugirió que debíamos hacer algo más interesante. Propuso que jugáramos de prendas y bebida. Quién ganara se tomaría una copa de licor, e indicaría que prenda debería quitar quién quedara en segundo lugar. al perdedor, y como debía acariciarlo por un mínimo de dos minutos. Cuando quedara alguien sin ropa, él que tuviera mas prendas, pondría un castigo a éste, que debía realizar en él otro jugador. Aceptamos y principió el juego.
En la primera mano, Adriana perdió, viéndose despojada de su blusa por Licha, a quién pedí, que le recorriera la piel de cuello y espalda suávemente con la yema de los dedos. Licha empezó a tocarla, entanto veíamos como se le ponía a Adriana la carne de gallina, al contacto de los dedos de su amiga. Después perdí yo, y a Adriana le tocó quitarme la camisa, pasando su aliento por mi cuello, hasta llegar a morderme suávemente un oído, lo que me provocó un placentero escalofrío. Continuamos el juego, y nuévamente perdió Adriana, con lo que tuve que despojarla de su coqueto sujetador, dejando sus senitos descubiertos, pequeños de tamaño, duros, y con sus dos puntas erguidas y desafiantes. Como comprobé al tomarlos en mis manos, situado atrás de ella, como me fue indicado. Lo sentía cálidos y tersos, y al dar unos ligeros apretones en sus puntas, sentí como se estremecía su propietaria. Perdí yo, y fue Licha quien me quitó los pantalones, dejándome con mi trusa solamente, acercó s!
us labios a mi pecho, recorriendo gracias a la linda tanguita que apuradamente cubría su sexo. Posé mis manos a los costados de ésta, y empecé a deslizarla suávemente, mientras ella levantaba las caderas para facilitar mis actos, descendiendo la prenda por sus piernas, hasta dejar a la vista el sexo y los muslos de Adriana, exhibiendo toda su hermosura. Puse mi boca en los apetitosos muslos, y empecé a recorrerlos con lujuria, pase mis manos entre ellos, para irlos separando suávemente, hasta llegar a su interior, haciéndole sentir mi aliento. Sentía estremecerse a la bella Adriana, quien gemía gozosamente, lamí la parte externa de sus labios sin llegar al centro, lo que le provocaba mayor éxtasis, hasta que hundí la lengua en el centro de la vulva, y subiendo un poco, alcance el hinchado clítoris que pedía ser chupado sin recato. Con mis manos acariciaba sus nalgas, metiendo mis dedos en la unión de ambas, y con uno penetrando el apretado esfínter de su ano, que lo apretaba e!
n espasmos de placer. Sentí manar las mieles de su sexo, que lamí c
Retiré mis labios de Adriana, y me enderecé al sentir la boca de Licha que chupaba sin descanso. La retiré antes de que me hiciera terminar, puesto que deseaba poseer a estas dos ricuras. Quite las prendas de Licha sin tardanza, y por un momento admiré su morena desnudez. Me recosté en el sillón, la subí sobre mi cara, y acerque su sexo a mi boca para saborearlo, en tanto Adriana me tomaba el miembro, y sentándose en él lo desaparecía en su interior. A un tiempo Tenía a Licha sobre mi boca, disfrutando del jugueteo de mi lengua, en su más profunda intimidad, con mis manos masajeaba los pechos de ella, y daba pequeños apretones a sus negros pezones, sintiendo sus espasmos y gemidos de placer. Mientas Adriana me cabalgaba gozosa, metiendo y sacando mi virilidad a punto de explotar hasta el fondo de sus entrañas. No duramos mucho así, cuando nos vaciamos los tres, en un orgasmo simultaneo, que nos dejó exhaustos y tendidos en el sillón.
La partida termino, y tras un tiempo de reposo, nos metimos a bañar por separado, para poder llegar frescos a nuestras obligaciones, no sin antes quedar de reunirnos otro día, para continuar jugando. Y así en varias ocasiones, hemos disfrutado, de un magnífico juego de cartas, viviendo plénamente nuestra compañía.
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México D.F.