Iniciación
Capítulo IV y final
Ella me llamo enérgicamente.
-Ven aquí, esclavo.
Yo obedecí prestamente a sus ordenes. Tomo un pañuelo y vendó mis ojos, de forma tal que no podía ver ni un triste rayo de luz, luego tomo mis manos y los puso en mi espalda, después un con una calma calcula comenzó a atármelas, ato fuerte, de tal manera que era imposible que yo pudiera desatarme. Luego… me giro, y comenzó a pasar la cuerda por mis testículos, estos fueron rodeados por completo, la base del pene también sufrió el mismo castigo. Luego de un empujo me lanzo sobre el suelo, cuando caí grite, creo que no tanto por la misma caída como por la sorpresa que me lleve.
-Calla, eres un puto esclavo, eres mío y como tal serás marcado.
En ese momento no entendí las palabras que salían de su boca, pero no tardaría mucho en comprenderlas.
Una vez en el suelo, mis pies también fueron atados por completo. Ahora estaba completamente inmóvil y a su merced. Oí su voz, profunda y seria.
-Esto es un momento de inflexión en tu relación conmigo. Tienes dos opciones. Una.. no aceptar mis condiciones. Y en ese caso simplemente, serás desatado, y a partir de ese momento cada uno seguirá su camino… Y te lo digo en el más amplio sentido. Y dos, te sometes por completo a mi, a mi voluntad y a mis caprichos y me aceptas como ama tuya para toda tu vida. Ahora te dejo cinco minutos, tras los cuales volveré y me dirás tu decisión.
La oí salir de la habitación. Me quede sorprendido por su reacción, me acabada de comunicar una condiciones muy claras. Es decir, que si no aceptaba someterme a ella, me dejaría por completo, era en fin de nuestro matrimonio. Yo la amaba con locura, y no… no estaba dispuesto a ello. Pero la siguiente opción era un esclavitud total, y eso si me asustaba, porque no se que es lo que ella quería. ¿qué hacer?
En eso momento entró en la habitación y me pregunto.
-¿Qué has decidido?.
-Ya ..tengo que responder ya…
-Si, ahora mismo. Escoge o vivir sin mi, o vivir bajo mi dominio.
-Yo… -La cabeza me daba vueltas, no sabía que hacer.- dame tiempo, por favor.
-No, ahora mismo decide…
-Yo…Si.. acepto- No la quería perder.
– ¿Aceptas?. Te aviso que no va a ser un camino de rosas, que si me desobedeces o si intentas cambiar los reglas, me iré, que deberás aceptar todo aquello que provenga de mi.
– Si acepto.
-¿Qué más?
-Si acepto, ama.
– Muy bien cachorrillo mío, no me esperaba menos de ti.- A continuación note como hundía sus tacones en mis nalgas, clavándolos con fuerza y dejando me unas profundas marcas.- Me encanta marcarte…. y a partir de este momento vas a llevar una marca que permanentemente mostrará a todo el mundo tu pertenencia a mi.
-¿qué quieres decir ama?- pregunté extrañado.
-No hables esclavo. Aunque voy a poner remedio a este situación.- Tomo un pañuelo y me lo introdujo en la boca, otro de mayor tamaño fue anudado a mi cabeza de tal forma que no podía expulsarlo.
-Bueno ahora conseguiré que no hables …y tan solo escuches. Ahora vengo…
Volvió a salir de la habitación, cuando regreso trajo algunas cosas. La oí manipular objetos. Luego olí intensamente a alcohol, unos chasquidos y un ruido de metal.
-Te preguntarás que estoy haciendo.- Asentí con la cabeza.- Vas a ser marcado. Llevaras a partir de este momento una marca indeleble en tu cuerpo. Una marca como ganado mío que eres.
No entendía lo que trababa de decir. Luego algo fue aplicado en mi nalga, al momento note un fresco, supuse que se trataba del alcohol que había olido anteriormente.
– Te voy a contar lo que voy ha hacer. Eres mío, eres mi ganado, y como tal serás marcado. ¿sabes como se marca al ganado?
– En ese momento comprendí lo que quería hacer en mi, lo que me tenía reservado, bufe y gemí intenté moverme sin éxito.
-No te muevas, que será peor, y ahora ya no hay vuelta atrás. Ese ligero silbido que oyes es la foundi que esta calentado mi sello. ¿Te acuerdas de él?
Por supuesto que me acordaba de el. Se trataba de un sello para utilizar con lacre en la correspondencia, se la había comprado porque tenia enlaza artísticamente la letra E de su inicial. Lo uso bastante durante un tiempo, pero luego lo di por perdido.
– Bueno, ahora vas a llevar mi inicial permanentemente. La E por la cual empieza el nombre de tu ama, y la E de esclavo que eres. De esta forma no olvidaras, ni a quien perteneces ni quien eres.
No creí que fuera capaz, no podía marcarme como una res. Eso no podía estar ocurriendo. De pronto note como un poco de crema se deslizaba sobre mi ano. Entonces.. de un fuerte golpe introdujo algo en el, dolió la entrada tan violenta, pero al momento se calmo cuando volvió a sacarlo, aunque se repitió la embestida varias veces. Luego el objeto comenzó a cobrar cada vez más tamaño. Comprendí que estaba usando nuevamente el dilatador, todo había sido un montaje para ponerme nervioso.
Había conseguido ponerme nervioso, pero ahora comprendí su juego. El dilatador tenía vida propia, si anteriormente había sido inflado generosamente, ahora llegaba a alcanzar proporciones gigantescas en mi interior. Volví a sentir esa maravillosa sensación en la cual el dolor daba paso a un placer enorme.
-¿Estas gozando, esclavo?- me pregunto.
Moví la cabeza y asentí.
-Bien…así me gusta…..
El objeto fue inflado más..mucho más dentro de mi… Ahora el placer me rodeaba por completo…pero.. de pronto y sin previo aviso, ella se sentó a horcajadas encima de mí y antes de que pudiera darme cuenta… un enorme dolor surgió de mi nalga, intente moverme pero mis ataduras y el hecho de que ella estuviera encima de mí me lo impidió.
En una fracción de segundo comprendí que estaba llevando a cabo aquello que me había anunciado.
Me estaba marcando como a una res. Intente gritar con todas mis fuerzas pero la mordaza me lo impidió. Ella apretó con todas sus fuerzas el sello contra mi. El dolor llegó ser insoportable. Pero ella al tiempo inflo más el dilatador dentro de mi.
Ahora estaba lleno se sensaciones contrapuestas, placer por un lado y dolor extremo por el otro. Mientras un olor a carne quemada inundaba la habitación. Y era mi cuerpo el que desprendía aquel olor. Entonces ella se levanto. Yo me moví compulsivamente. Mientras intentaba alejar de mi el dolor.
-Y ahora vamos a aplicar una crema calmante y cicatrizante.
Entonces note donde anteriormente había habido dolor, un suave alivio de frescor calmante. Agradecí profundamente aquel hecho y posteriormente lo recordaría, como una de las mayores muestras de generosidad que tuvo conmigo.
Me giro por completo. Comenzó a jugar con mi pene, el cual rápidamente respondió a sus estímulos, y entonces se sentó encima de mi de un solo golpe. Me cabalgó salvajemente. La sensación de quemazón que tenía iba desapareciendo por momentos.
Sus embistes fueron cada vez mayores, hasta el momento en que comenzó a tener un orgasmo tremendo, entonces infló dentro de mi el vibrador hasta el limite de mi resistencia. Sus movimientos eran ya espasmódicos. Y me dijo:
– Que placer mas rico me esta proporcionando mi esclavo. Y ahora como recompensa tu ama te lo devolverá.
Comenzó a entrar y salir con fuerza, yo ya apenas pude resistirme y me vacié por completo, había estado tanto tiempo deseando ese orgasmo que el placer que obtuve fue tan intenso como nunca anteriormente había tenido.
Al final ella cayo derrotada encima de mi, al rato, las ligaduras, las vendas y las mordazas fueron retiradas. Pude ver su cara, estaba radiante, como una diosa, mi diosa.
– Levántate y ven.
Me tomo la mano y me condujo el espejo que había en la habitación, me hizo girarme y me dijo.
-Mira lo que llevas.
Entonces pude ver un mi nalga una marca de color rojo vivo. Me había marcado de verdad.
-Ahora llevaras para siempre mi marca.
-Si ama. Es lo único que pude decir.
Y de esta forma termina el relato de cómo me inicio mi ama en el mundo de la sumisión. Después nos ocurrieron otras cosas, pero.. eso forman parte de otro relato que un día si tengo tiempo, te contaré.
– Fin –
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