Esta es la versión de la chica, por favor primero lee la version de ellos.Fui a la fiesta porque me había invitado Memo, que era un chico que me gustaba mucho. Me esmeré en mi arreglo, me puse el vestido rojo que tanto me gusta y me fui. Pero cuando llegué se me acercaron dos chicos de la escuela a los que casi no conocía y me dijeron que Memo no había ido, pero que ellos se encargarían de distraerme. Un poco decepcionada, acepté.
De inmediato me sirvieron algo de beber, lo sentí muy fuerte porque no estoy acostumbrada a tomar licor, pero lo acepté por no ser descortés y tomé un poco; estuve platicando con ellos un buen rato y me di cuenta de que ya me había terminado mi copa, ellos de inmediato me sirvieron la otra; insistieron mucho en que ellos ya iban adelantados y los tenía que alcanzar en el número de bebidas que llevaban., les dije que yo no sabía tomar, pero me dijeron que ellos me enseñaban.
Iba yo por la tercera copa más o menos cuando uno de los chicos me invitó a bailar; acepté porque se veía simpático y era el más guapo y alegre de los cinco. Nos levantamos y comenzamos a bailar, él me pidió que me moviera de manera sensual y yo lo complací, ambos nos movimos de una manera muy excitante, tanto que las demás personas dejaron de bailar y se nos quedaron viendo; me di cuenta de que uno de los organizadores de la fiesta se nos acercaba, pero los otros chicos que estaban con el que yo bailaba le impidieron el paso y el se retiró molesto.
Los cinco chicos me rodearon y comenzamos a bailar, me sentí halagada al ser el centro de atracción de ellos, pues en la escuela nunca nos habíamos acercado siquiera un poco.
Todo iba muy bien, seguimos bailando y ya varias personas de ahí nos miraban; los chicos aprovecharon para repegárseme, yo intenté alejarlos, pero ellos no me dejaban casi moverme; pero lo que más me molestó fue sentir una mano en una de mis nalgas, de inmediato volteé y reclamé, pero el que me tocó no era del grupo de ellos, era un tipo borracho que se había acercado; el chico más corpulento se molestó y le dio un golpe que lo derribó. Eso hizo que unos amigos del borrachín se enojaran y comenzaran a gritar y pelear con los chicos que estaban conmigo. Dos de ellos calmaron a los demás y todos optaron por retirarse, yo iba a quedarme, pero me sentía mareada y al ver el rechazo de la gente ahí reunida, decidí que mejor también me iba.
Salí junto con ellos y me dijeron que si quería seguir la fiesta, yo les dije que no, que me llevaran a mi casa; entonces dijeron que me llevarían a donde yo quisiera, por lo que me subí en la parte de atrás de su auto y les dije que me llevaran a mi casa, dos de ellos se sentaron uno a cada lado mío y me dijeron que me relajara. Yo me sentía un poco mareada, por lo que me relajé un poco y empecé a bromear con ellos; al principio iban muy alegres y relajados también, pero luego el más fornido se me acercó mucho, al tratar de alejarme de él me pegué al otro chico; ya el primero me acariciaba una pierna; quise quitar su mano, pero él era muy fuerte y ni siquiera me dieron tiempo de reclamar, pues ya el otro chico me acariciaba también de arriba a abajo y antes de que yo dijera algo ya me había tomado de la nuca y me besaba en la boca a la fuerza.
Intenté defenderme, pero cada uno de ellos me sujetaba una mano mientras con la otra me acariciaban todo el cuerpo y no dejaban de besarme; el fornido me bajó un poco el vestido y empezó a lamerme un seno; yo le decía que no, pero el que me besaba no dejaba escapar palabras de mi boca; el fornido me soltó la mano y yo intenté jalarlo del cabello, pero no tuve la fuerza ni la comodidad para retirarlo, no se como, pero él volvió a detenerme la mano.
El auto empezó a dar tumbos, el chico que me besaba bajó su boca a mi cuello y pude preguntar a donde íbamos; el que conducía me dijo que ya casi llegábamos y todavía alcancé a decirle que mi casa no estaba por allí. Mientras tanto, los otros chicos casi me desnudaban, ya traía mi vestido enredado en la cintura, no supe como, pero me habían bajado la parte de arriba y subido la de abajo del vestido ya me habían bajado las medias y la pantaleta y fue cuando sentí que un dedo penetraba por mi vagina, les grité que se detuvieran, pero ellos no hicieron caso, siguieron acariciándome, lamiéndome y penetrando sus dedos en mí.
Otro dedo intentaba penetrar en mi ano cuando el auto se detuvo y traté de salir corriendo, pero ellos me tenían bien sujeta; el chico que conducía se bajó del auto y abrió la portezuela de atrás del lado derecho, le dijo al que iba allí que se bajara, este lo hizo, pero al salir me jaló de tal manera que me hizo quedar recostada en el asiento, situación que el chico corpulento aprovechó para quedar encima de mí; todo fue tan rápido que apenas recuerdo que me hizo abrir las piernas y el inmenso dolor que sentí al darme cuenta de que estaba siendo penetrada salvajemente, sin ninguna preparación previa; el chico me hizo levantar las manos y otro de ellos me las tomó, me hizo tocar su pene y me obligó a masturbarlo; yo gritaba que me soltaran, pero ellos estaban dispuestos a todo.
De repente el chico que me penetraba se detuvo y se levantó un poco, con un rápido movimiento me volteó boca abajo mientras su amigo me jalaba del cabello hacia afuera, haciéndome quedar con medio cuerpo afuera del auto; tuve que sostenerme del suelo para no caerme; rápidamente el chico corpulento me abrió las nalgas, creo que escupió en medio de ellas y comenzó a penetrarme por el ano, solté un grito, pero el otro chico que iba conmigo en el viaje aprovechó cuando abrí la boca para meterme su miembro y me dijo: “¡Chúpalo puta!” mientras con una mano me tomó de los cabellos y me obligó a chupárselo. Yo intenté levantar un brazo y empujar al que me penetraba desde atrás, pero no pude hacerlo por la posición en que me encontraba y porque si dejaba de sostenerme del piso me caería.
Me tuvieron en esa posición no se cuanto tiempo, me decían cosas como: “¡Bien que te gusta puta, por eso nos buscaste!” o “¡Gózalo mamacita, pocas veces vas a tener unos hombres como nosotros!”.
Unas luces iluminaban el lugar donde estábamos, los otros dos chicos nos habían seguido en otro auto y ya estaban parados con los pantalones abajo cerca de donde sus amigos me violaban.
En ese momento pensé en morder al chico que me obligaba a chuparle el miembro, pero al evaluar la situación me di cuenta de que tal vez sería peor, pues seguramente tomarían venganza los cinco contra mí, golpeándome o lastimándome severamente; así que por miedo seguí chupando.
Sentí como el chico que me violaba por detrás terminaba, soltando grandes chorros de semen dentro de mí y luego se salió escurriendo su miembro y dejándome semen en las nalgas y piernas.
De inmediato otro de ellos se colocó detrás de mí y sin ninguna consideración me penetró salvajemente por el ano; grité, pero el miembro en mi boca evitó que se escucharan mis quejidos.
Un rato después, el que me obligaba a mamárselo terminó, me sostuvo la cabeza de tal manera que no pude alejarme de él, por lo que asqueada tuve que tragarme su semen; luego él sacó su miembro; escupí y casi vomito, pero rápidamente otro de los chicos tomó el lugar del anterior y de igual manera me obligó a chuparle su miembro, sosteniéndome del cabello y empujándome hacia delante y atrás, sin darme ninguna oportunidad de defenderme.
Yo buscaba zafarme de alguna manera; me retorcía y movía las manos y piernas tratando de sacarlos de mí, pero uno de ellos, el que me obligaba a chuparle el pene me sostenía con fuerza y el que me violaba por detrás estaba completamente encima de mí, por lo que me impedía toda libertad de movimiento.
Fueron minutos de dolor y suplicio, hasta que el que estaba detrás de mí terminó llenándome las entrañas de su viscoso líquido; él se salió, pero el suplicio no terminó, pues de inmediato otro ocupó su lugar y de igual manera me penetró por atrás. Me di cuenta que era inútil seguir luchando, ellos no me dejarían hasta satisfacerse totalmente, por lo que me abandoné y traté de relajar los músculos para amortiguar el dolor, aunque no fue totalmente relajante, al menos el dolor cedió un poco.
Unos minutos después, el chico que me hacía mamársela terminó y también me obligó a tragarme su semen; me sostenía la cabeza mientras me decía: “trágatelo todo puta, no dejes nada o te pesará”; me tragué su líquido aguantándome las ganas de vomitar y porque lo vi muy amenazante y me dio miedo que me fuera a hacer algo más grave.
En cuanto el me dejó comencé a gritar: “¡No por favor, ya no más, no más por favor, ya!”, pero el chico que me penetraba por detrás no dejaba de moverse masacrando mi adolorido ano y así estuvo durante mucho tiempo en el que yo no dejé de gritar que me dejara hasta que mi garganta me dolió.
El que estaba detrás de mí siguió con su mete saca sin importarle mis gritos de dolor, mientras sus amigos se embrutecían de licor y se reían de mí, diciendo que yo quería lo que me hacían y que me gustaba.
Fueron varios minutos de inmenso dolor los que sufrí, aun tratando de relajarme no pude sustraerme por completo de la humillación de que estaba siendo objeto y me solté a llorar, pero eso, lejos de hacerlos compadecerse, despertó más burlas de ellos hacia mí.
Por fin el que me violaba por detrás terminó y me inundó las entrañas también; se salió de mi y pensé que todo había terminado, pues por unos segundos me dejaron allí, desmadejada en el asiento trasero del auto; lloraba desconsolada y no podía moverme; pero de repente sentí que alguien me jalaba del cabello y me obligaba a salir del auto; los chicos reían como brutos y uno de ellos dijo que aún no terminaban y que yo estaba muy buena para no darme otra “repasada”. Entre dos me jalaron el vestido hasta que acabaron de romperlo y me llevaron a la parte posterior del auto, luego me obligaron a agacharme, quedando mi cuerpo recargado en el portaequipaje; yo lloraba y les suplicaba que me soltaran, pero ellos estaban como locos y no me escuchaban, reían y me mostraban sus miembros erectos y amenazantes. Me di cuenta de que volverían a violarme sin importarles mis súplicas; lo único que pude hacer fue colocar mis manos atrás, tratando de cubrir mi vagina y mi ano para no volver a ser penetrada por ellos; pero de nada sirvió, fácilmente quitaron mis manos dejando al descubierto mi cosita.
Mientras uno me detenía de la espalda impidiendo que me levantara, otro se colocó detrás de mí y me tomó de las muñecas; sin más preámbulo metió su miembro de un empujón dentro de mi vagina, haciéndome llorar. De nuevo grité, pero de nada sirvió, al parecer se excitaban más con mis gritos, pues decían que yo gozaba con la penetración y arengaban al que me penetrara para que lo hiciera con más fuerza y el cada vez lo hacia mas duro, gozando con mi dolor.
El chico empujaba cada vez con más fuerza, penetrándome brutal y salvajemente; no pude hacer nada más que gritar algo así como: “Ya, déjenme por favor se los suplico, ya no más”, pero él siguió bombeando sin consideración alguna.
El terminó dentro de mí, otro chico se colocó detrás, pero primero me ató las manos atrás con una cuerda, se tomó de mis caderas y de nuevo me penetró tan salvajemente que grité por el inmenso dolor; el chico me dijo que no llorara, que desde el principio yo los había provocado y que ahora tendría que aguantarme.
El no duró mucho, pero de cualquier manera me hizo sufrir; acabó llenándome de semen las nalgas y las piernas, mientras sus amigos aun embrutecidos reían y hablaban sin parar.
Me parece que fue el tercero el que me penetró por el ano, lastimándolo aún más de lo que ya estaba y haciéndome sentir el mismo dolor intenso que cuando me lo hicieron en el auto, fue tan intenso que creo que me desmayé, por lo que no recuerdo muy bien que sucedió después; entre sueños me parece que me siguieron penetrando, pero no sé cuanto tiempo ni cuantos más.
Lo último que recuerdo es que desperté en el hospital, mis familiares me llevaron cuando me vieron en un estado lamentable en la puerta de la casa, según me contaron. Ellos mismos fueron los que me incitaron a hacer la denuncia, solo espero que se castigue a los que me hicieron esto.