ESTE RELATO REFLEJA UNO DE LOS TANTO EPISODIOS DE LA VIDA COTIDIANA EN DONDE UN HOMBRE DE MAS DE 40 Aí?OS, DECIDE ENAMORARSE DE UNA JOVEN UNIVERSITARIA VEINTEAí?ERA, QUIEN LE HARA VER QUE PARA EL AMOR Y EL SEXO NO HAY EDAD NI LIMITES. ESTE EPISODIO HACE QUE EL HOMBRE DECIDA SEPARARSE DE SU MUJER PARA IR A VIVIR CON LA ADOLESCENTE CRISTINA, QUIEN A SU VEZ ES SU EMPLEADA.
DETALLE: TEXTO CORREGIDO.LE FUI INFIEL A MI ESPOSA POR CULPA DE UNA BELLA ADOLESCENTE
Yo soy uno de los tantos hombres casados que no consiguen de la mujer
todo ese calor, pasion y sexo compartido por lo que debo salir a la
calles a coger con putas o tener mi propia “amante secreta” que si me
brindara todo aquel placer que nuestras esposas nos niegan por una u otra
razon. Tal es el caso de Cristina , una universitaria veinteañera que
ademas de ser mi empleada se habia enamorado de.un fogoso cuarenton como
yo. Esta singular situacion hizo que yo llegara a casa mas tarde que
lo habitual, argumentando tener “horas extras” cuando en realidad estaba
cojiendo como un hijo de puta con mi amante secreta que tenia la edad
de una de mis hijas. Ella era una intelectual muy liberal y a la hora de
dictarme clases de lengua me chupaba bien la pija , pasandome una y
otra vez su lengua por mi cabeza para volver a enterrarme toda su boca
hasta el fondo de mi miembro viril hasta llegar a mojarlo tanto que ni mis
pelotas se salvaban de ser desgustadas
por el fuego sexual de su pasion incontrolable. Entonces, yo pensaba:
¿Como cambiar la sumision amorosa de Cristina a mis mas placenteros
instintos sexuales por los de mi esposa que ni siquiera mi entrega el culo?
– Yo a Cristina le podia meter el dedo en el culo cuantas veces
quisiera y llevarmelo a la boca para desgustar todo ese delicioso aroma que
luego compartia con ella – Si yo le hubiese hecho esto a mi esposa me
hubiese tratado de pervertido y me hubiese pedido el divorcio – Por esa
razon, habia encontrado en Cristina a la chica perfecta para realizar las
practicas sexuales mas calientes que te puedas imaginar y era una chica
tan bella como las que tu puedes observar en las calles de Madrid o
Buenos Aires. Yo cerraba el negocio y ella comenzaba lentamente a quitarse
el baquero y la remera. Luego , me invitaba a que le quitara el corpiño
y la bombacha tras lo cual ella comenzaba a desvestirme y una vez que
estabamos totalmente desnudos nos
entregabamos perdidamente al sexo duro en un sofa cama que habia en la
oficina. Me la cojia sin condicionamiento alguno para someterla a mis
bajos instintos como ser el que me chupara bien la pija y luego yo me
abalanzaba sobre ella e introducia mi lengua hasta mas profundo de su
concha hasta terminar tragandome sus deliciosos jugos vaginales. En el
mismo contexto la hacia orinar sobre mi boca y me tragaba su pis hasta que
con su mismo liquido en mi lengua iba recorriendo todas esas sedientas
partes calientes de su cuerpo como ser sus hermosas tetas blancas que
me volvian loco y que no paraba de chupar hasta que quedaban bien duras,
rojizas y mojadas. Luego, sellabamos nuestro fuego de amor, sexo y
lujuria con un eterno beso que se entremezclaba entre el sudor de nuestros
cuerpos. Otro de los menues que elegiamos era el sexo hardcore que
consistia en cojernos mutuamente como dos viciosos animales salvajes. Yo me
la cojia sin piedad por el culo y la
concha a la vez que ella se montaba sobre mi para hacerme acabar y
bañarse con mi leche. Por fin se habia cumplido mi sueño de acostarme con
una mujer 20 años menor que yo, pero toda esta atraccion fatal que tenia
con Cristina en aquel amor juvenil , me traeria mas de un dolor de
cabeza cuando ambos decidimos hacer publica nuestra relacion. Bien enterada
mi esposa de mi relacion con Cristina no solamente me pidio el divorcio
sino que le tuve que dar el lujoso chalet y una insignificante cuenta
bancaria para evitar un escandalo de proporciones mayores. A mi en
cambio me quedo el cybercafe y una libreria, pero lo material no importaba
tanto como todo el amor y la pasion lujuriosa que habia despertado
Cristina en mi y que ahora podiamos “blanquear”, cojiendo desenfrenadamente
en nuestro departamento o nidito de amor.
AUTOR DEL RELATO : MIGUEL ANGEL POUSADA
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