El Espejo.
Les quiero contar como fue nuestra primera experiencia swinger, fue algo compleja con sentimientos contrapuestos y sensaciones agridulces esto sucedió…
Un día me cruzo con un amigo, hacía años que no lo veía, así que estuvimos hablando mucho tiempo y muy variado, tanto de su vida como la mía. Entonces veo pasar una chica por la ventana del bar, en el que estábamos, ella estaba, muy, muy bien pero iba con pareja.
Le digo a mi amigo, que pena tengo 20 años mas que ella, la tía tiene compañía y yo casado, Xosé mi amigo me dice, -“¿Eso no es barrera, no tienes porque serle infiel, nunca has intercambiado a tu pareja?”-
-“!No!”-Respondo yo asombrado, nunca se me ocurrió proponérselo.
-“Pregúntale a ella no tienes nada que perder, podrías llevarte una sorpresa”-Agrego Xosé.
-“Anda, nos vemos el Jueves en el Estadio, juega, La Real”. Nos vamos del bar.
Ya en casa, le pregunto a mi mujer que opina de las parejas que se cruzan y me responde -“si ellos consienten que su esposa mantenga relaciones con otro/a y es mutuo ¿Cual es el problema? no es una relación formal es sexo por pura lujuria y diversión”-Yo me quedo pasmado pensé que era más tradicional.
El jueves en el estadio le comento la respuesta de mi mujer a Xosé, solo murmura -“Interesante”. Noventa minutos después, finaliza el partido y mi amigo antes de despedirnos me comenta que el próximo sábado, un amigo de él organiza una cena informal en un caserío de su propiedad, dándome la tarjetita me dice -“Tu mujer y tú están invitados”-
Fuimos, nos costó encontrar el dichoso caserío entre las montañas, al final dimos con él, entramos y saludamos, Xosé y su pareja, estaban ahí, Xosé es Gay, nos presentó a todos y todas había parejas de hombres y de mujeres y alguna parejita solo de chicas, con nosotros usaban un peculiar termino “Los nuevos”. Buena música, comida, tragos todos muy amenos y entretenido, siempre pasaba alguien y se presentaba. En un momento dejo a mi mujer sola para ir al baño y cuando vuelvo mi sitio estaba ocupado por un hombre de unos 36 años moreno, grande bien parecido, un cachas, estaba de gran charla con ella y al parecer estaban muy entretenidos charlando y bebiendo, yo encuentro un lugar en otra mesa al lado de una joven morenita, menuda, que me saluda.
-“Hola, soy Gloria, cómo te llamas? Me pregunta. Le respondo y su interrogatorio sigue.
-¨ ¿Viniste solo? Pregunta.
-“No con mi esposa”-Añado
-“¿Y eres amigo de…?”.Sigue ella.
-“Xosé”-Le digo.
-“¿Tú esposa donde está?”-Curiosea.
-“Allí, junto a ese tío grande”-Le indico.
-“Ese es Arnaldo, un hombre resistente, buena elección pero no todas aguantan su ritmo, tu mujer le ha atraído es guapa, me gusta”-Añade ella.
-“¿?”-Yo. No sabía de qué hablaba.
Gloria agrega, -“Arnaldo tiene un gimnasio en la ciudad, dicen que toma esteroides”-
Son las 24hs, suena una campana y todos/as de a poco se van no sin antes tomar algo de una caja al lado de una puerta que da hacia dentro del caserío.
-“! Se van ya! ¿A dónde? murmuro, miro y no ubico a mi esposa.
Gloria me mira como si hubiera preguntado algo evidente y me dice -“! A follar tío que crees tú que se hace en un club swinger!”.Cuando ve mi cara de sorpresa ríe y me dice -“Vamos te enseño”-me toma de la mano y me lleva a puerta por donde todos se van, mete la manos en esa caja misteriosa y saca…llaves, habitación 3 arriba. Me lleva a una habitación donde hay baño en suite, una nevera, una cama en el centro, una cómoda con un gran espejo de 2m x 1.6 m, también hay un armario, dentro hay todo tipo de juguetes sexuales en bolsitas de plástico estériles también cremas, condones. Todas las habitaciones son iguales. Veo eso y me acuerdo de mi mujer, Gloria adivina mis pensamientos, nos dirigimos a una pizarra donde figuran los nombres de quien ocupa cada habitación, vemos Arnaldo y Cía., habitación 5 abajo.
-“¿Quieres ver a tu esposa?”, me pregunta Gloria, sin dejarme responder ríe, bajamos y nos metemos por una pequeña puerta, situada bajo el hueco de la escalera. Un enramado de pasillos estrechos, nos conduce hacia una pequeña habitación, donde hay varias parejas que miran a un cristal grande, están a oscuras y nos susurran -“Sshhh, silencio”. Gloria pregunta ¿Ya empezaron? Una voz femenina de responde –No, están en la previa”-Yo veo que miran para mi sorpresa es Arnaldo con mi mujer, sentados en la cama y el la está desnudando, alarmado pregunto -“¿No nos ven? Y me responden –“!Sshhh, es un espejo, del otro lado”-
Veo como el hombre la besa y la acerca al lado del espejo, donde hay más sitio, su vestido cae, el hombre se desnuda, luego de un fuerte tirón le arranca el sostén y con otro las bragas las prendas quedan inservibles, el la pone frente al “espejo donde ella se ve totalmente desnuda y rasurada él , la abraza por detrás apretándole los pechos haciéndole sentir un gran bulto caliente contra sus nalgas, esta de frente a nosotros pero no nos ve, ella ríe, y él la lleva a la cama, luego saca hielo de la nevera y se lo pone en los pezones, que se quedan duros como rocas, un poco de hielo va a parar dentro del coño. Cuando termino con el hielo le comió los pezones y la masturbo con su lengua. Ella gemía de deseos, el toma una crema del armario, unta sus dedos y manos, le mete uno, dos, tres dedos en el ano, prueba con el coño metiendo y sacando sus dedos, entre los gemidos de ella, -“!Ah,Ah,Ah!”, dos, tres, cinco…!el puño!, él le dice que se ponga en cuatro mirando al espejo, para que pueda ver, ella lo hace, el unta su enorme casi deforme polla con un montón de crema, apunta el glande a su ano y…!sup! para adentro ella grita ¡Hayy! Vemos su momentánea cara de dolor, un par de lágrimas pasajeras pero luego el dolor pasa dejando el sitio al placer, Arnaldo mira al espejo ríe, risas dentro, él sabe lo que hay tras el espejo, es un veterano del lugar, el tipo la enviste una y otra vez, preguntándole sin tapujos a mi mujer “-¿Te gusta que te dé por el culo?”-¡Síiiii!, responde ella.
Luego cambian de postura y ella lo monta, siempre es igual la pone sobre el pero mirando hacia nosotros, la penetración es anal !esa postura nunca la practicó conmigo!, veo como mi mujer suda, mueve las caderas y sus tetas rebotan a saltitos. Me excito tengo una gran erección, tomo en la oscuridad la mano de Gloria , la pongo sobre mi polla, ella lo siente y en la oscuridad escucho como sus ropas caen, luego me desabrocha el cinto, me tira del slip y algo húmedo succiona mi pene, una lengua juguetea con mi glande. Otras parejas en la oscuridad fornican también no veo de quienes se trata.
Mi mujer es penetrada por su ano, hasta que el tío se viene dentro, alguien murmura “Lo están haciendo a pelo ¡Que guarros!”-Arnaldo es resistente, su polla a eyaculado pero tiene más, no ha perdido la erección. La pone en perrito hacia el espejo, apunta su polla hacia la vulva abierta de mi mujer y le mete el medio quilo de carne viril. Embiste una y otra vez, las tetas colgantes de ella bailan. La conduce a un orgasmo largo, veo la cara de lujuria de mi mujer, su risa con la boca abierta, sus ojos en blanco, como corta la respiración y de repente -¡Ahhhhhhhhhhhhhh, papito le veo la cara a Dios! Gime ella.
Me pongo a mil, pongo de pie a Gloria, la besa le muerdo sus pequeños senos, ella me quiere decir algo -“Yo no…nunca…espera un…yo teng…”-no le dejo terminar la frase, la pongo de espaldas a mi contra el falso espejo y le penetro su estrecho coño por detrás. Le doy casi con violencia, en segundos siento sus cortos, rítmicos gemidos, llegando a orgasmo, siento como su coñito hace instantes estaba seco, ahora chorrea de mojado, mi polla desliza como en autopista sin radar.
Del otro lado donde el cristal se convierte en espejo, mi mujer ahora se encuentra mirando al techo, abierta de piernas, consumando el coito con un desconocido que la penetra, jadea y suda sobre ella, se aprecian sus testículos pegando y rebotando en la vulva, gemidos de ambos, él le dice, -“Te voy a meter toda la leche”-y ella le responde –“No te dejes ni una gota la quiero toda”-segundos más un rugido atronador indica la inseminación de la hembra bajo sus brazos, semen escapa del poco sitio que deja su polla al entrar y salir, pero al salir ,el de sobre ella, de su coño, cual si fuera un manantial, que surge de la grieta de la roca en la montaña, una cascada de un líquido, blanco viscoso peligrosamente fértil la abandona desliza por sus glúteos y mancha las sábanas. Murmullos, risas y exclamaciones del lado oscuro.
Al ver esas imágenes, llego al clímax inundando con mi semen todo el interior de Gloria, que gime ¡Ahhhhh! Para luego sentir ese calor húmedo que la llena hasta sus vírgenes ovarios y preguntar casi lloriqueando “¿Te me corriste dentro?.Toma una prenda se la pone entre las piernas para no dejar el camino chorreado y desaparece. Me visto lentamente a ciegas.
Mientras tanto mi mujer habiendo consumado el acto carnal hasta el final, chorrea acostada boca abajo en la cama sin preocupaciones ni apuro, mira el cuerpo atlético de él, que se viste, le da un par de palmadas en la cola y le dice –“Haber cuando nos vemos otra vez”- se va, ella se levanta y acude al baño.
Nos encontramos en el estar con mi mujer, busco a Gloria para pedirle disculpas y no la encuentro se ha ido. Veo claramente que mi esposa no trae ropa interior, “la ha perdido”.
Ya en casa le pregunto cómo estuvo y me responde con una cara de mediocridad restándole la importancia con un tímido, tibio -“Bien”-.Saco de la valija de herramientas un cristal y se lo muestro a mi mujer y me dice “-Bah, es un espejo,¿ qué tiene eso?”-lo giro y le muestro el otro lado y le digo -“¿Y ahora?”, entonces ella comprende y se tapa la boca con su mano, silencio…añade, -“¿Me viste?”, Sí, te vimoosss, aclaro, -¡Hay que vergüenza! -exclama ella. Luego admitió que gozo mucho y lo volvería a hacer si yo estoy de acuerdo. Fuimos ambos al médico luego, yo porque nunca supe lo que quiso decir Gloria y la cachonda de mi mujer lo hizo sin protección y olvido hasta las píldoras.
Dos meses más tarde me encontré a Xosé, riendo me contó que habían rumores de que lo habíamos pasado bien. Le pregunte por Gloria. Me dijo que de niña había sido violada y rechazaba a los hombres, tenía una chica como pareja pero…algo había acaecido en su vida pues de autodenominarse lesbiana pasó a bisex y pequeño detalle, estaba embarazada, iban a ser mamás. ¿Fui yo el donador involuntario?.
Reconozco que por momentos me sentí inseguro, celoso y estuve a punto de partir el espejo para evitar que el tipo se montara a mi mujer pero me puso a mil verla gozar como puta en celo.
Nuestra vida dio paso a otras aventuras y otras experiencias que iré relatando en breve.