Por detras su cintura ancha, sus nalgas escurridas, su espalda fina. De frente sus senos de cera derretida……Por detras su cintura ancha, sus nalgas escurridas, su espalda fina. De frente sus senos de cera derretida, abdomen pendulo contrastaban con su rostro y el entusiasmo de su expresion. Monica habia envejecido.
Cuando regrese de la Ecole des beaux arts, creyendome todo un maestro de la pintura, ella me tomo de la mano, me introdujo en el circulo exquisito de los coleccionistas y sin dudas catalizo mi exito artistico. Catorce años mayor que yo, directora del Teatro Nacional, critico de arte y poseedora de una reputada galeria, tenia una presencia y una gracia que no pasaba desapercibida. En aquella epoca era monumental, si. La diferencia de edad no se hacia notar.
Monica y yo lo probamos todo, creo que todo lo que tenga un nombre para denominarse lo practicamos. El sexo convencional se nos fue transformando progresivamente, comenzamos a trasferir el placer sexual a tantas actividades que hoy no tenemos relaciones, tenemos unas sesiones rituales en las que ella se inclina hacia adelante en cuatro patas, comienzo por besarle el culo y acariciarlo con la lengua, luego voy acariciando el clitoris, introduzco un dedo en el ano luego dos, luego tres, el cuarto y luego paso toda la mano, debo señalar para suerte nuestra tengo manos pequeñas. Una vez dentro me masturbo y ella hace lo mismo hasta que llegamos al mismo tiempo.
Todo esto comenzo cuando ella perdio la direccion del Teatro, luego se alejaron muchos de los amigos, tuvo que cerrar la Galeria, entonces mis cuadros dejaron de venderse. Hoy estoy aqui acostado mirando a Monica envejecida, yo sin talento y ambos con el perfume decadente.
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