seduciendo al profesor
eran los examenes finales y poco habías estudiado de los mismos, mmm, alguna solución debería de existir, mmm, la materia de derecho era la que más se te complicaba, el maestro era muy estricto, pero se prestaba a ayudar a quien lo necesitara, le llamaste, era domingo, el licenciado jesús aceptó de mala gana, pues sabía lo poco aplicada que eras, en la biblioteca en domingo? por supuesto estaba vacía, se sentaron hasta el final de las mesas juntos a los libros de administración, sacó los apuntes y empezó a hacer cuadros para resumir, poco a poco el se fue adentrando en el contenido, pero tu, no dejabas de voltear hacia el bulto que se le hacia en el pantalón, se veía interesante, tus pezones inmediatamente respondieron endureciendose un poco y mostrandose a través de tu blusa, el volteaba a verte, sin darse cuenta de tus intenciones, poco a poco te acercaste a el, poco a poco, ibas pegando tus senos a su brazo, tus piernas a sus piernas, el seguía en el estudio, tu acercandote a el, bajaste tu mano a sus piernas, la dejaste así un momento, sin moverla, el pareció no darse cuenta, moviste tu mano hacia arriba y la posaste sobre su miembro, estaba en reposo, el volteó a verte, simplemente le dijiste, continua, el volteó al cuaderno y siguió leyendo, tu mano, acariciando el bulto que poco a poco despertaba, pegaste tus senos contra su brazo, estabas a su lado derecho, y ese mismo brazo sintió como pegabas tus senos, tu mano, acariciando el bulto que ahora se encontraba duro y firme, lo mirabas a la cara, el leía, pero ya sin concentrarse, pegaste tus labios a sus mejillas y a su barba, a sus oidos, con tu lengua recorrias sus plieges, tu mano acariciando el bulto que ahora apenas podía ser contenido por el pantalón, tus senos en sus brazos, el tímido no se atrevía a hacer nada, tomaste su brazo, lo volteaste y tomaste su mano, para que empezara a acariciar tus senos, con su mano izquierda, inició la caricia levemente, sentiste su mano en tus tetas, levantaste la blusa para que las acariciara directamente, el pasó sus manos por tus senos, morenos, medianos, con unos pezones morenos, grandes, erquidos, que reaccionaban cada vez que los acariciaba, tu mano en su verga, parada ya, caliente, sobre el pantalón, la sobabas y la acariciabas, tu boca en sus cuello y en su oido, no habia nadie en el salón de la biblioteca que habías escogido para “estudiar”, con tus manos, abriste su zipper del pantalón, lo bajaste, viste su calzón, uno blanco, viste el bulto que provocaba su verga, bajaste tu cabeza y empezaste a dar pequeñas mordidas, sobre su calzón, tu saliva lo mojó y sus jugos de el, el calzón estaba humedo y tu boca lo humedecía más, lo mordías, lo lamías, te lo metías en la boca, en ese instante, sus manos bajaron para quitar de enmedio el calzón, lo hizo hacia abajo, salió, y lo contemplaste, la boca se te hizo agua, ahi estaba frente a ti, moreno, cabezón, largo, jugoso, venudo, caliente, se movía como si tuviera vida, hacia arriba y hacia abajo, te tomó de la cabeza, te dijo, “mámalo”, sin embargo, sabías el rico bocado que tenías en tus manos, en tu boca, así que te apresuraste a darle con toda tu pasión una sesión oral, tenías varios días sin actividad, tu novio, tenía casi una semana que no venía a verte, así que teniendo a este vergón enfrente de tí, quisiste aprovecharlo, primero, lo tomaste con tu pequeña mano desde el tallo para controlarlo, tu manita lo acariciaba de arriba a abajo, tu boca, empezó primero a besarlo, lento, pequeños besos sobre su cabeza, sobre tus tronco, adelante, a los lados lo doblabas para besarlo por atrás, llegaste hasta sus huevos, llenos de pelo, igualmente los besaste, lento, con pasión, pero sin prisa, tu boca, le brindo mil besos, en cada parte de su verga, en cada parte de sus huevos, cuando fue suficiente, volteaste a verlo, con sus ojos cerrados, recibia gustoso la caricia, ahora era el turno de tu lengua, la sacaste, hermosa tu lengua roja, salivosa, rica, grande, la pasaste por su cabeza, el sintió el cambio de tus labios a tu lengua, frotabas tu lengua atrás de su cabeza, el empezó a suspirar más y más fuerte, rico, “asi claudia, asi, sigue”, te decía pasaste tu lengua por todo el tronco de su verga, desde el inicio hasta la cabeza, sus huevos fueron también acariciados por tu lengua, toda ensalivada y humedecida, con tu manita en la raíz, ahora si, le tocaba su mamada, hasta ese momento, abriste tu boca, y la comiste, lento, sabroso, lento, sabroso, sacaste tus tetas de tu camiseta, y tomaste sus manos para que te las acariciara, mientras mamabas su verga, el puso una mano sobre tus tetas, pero la otra la puso sobre tus nalgas, llevabas un pantalón de mezclilla pegado, y corto, con tu calzón blanco que se veía en toda su hermosura, puso su mano entre tu pantalón y tus nalgas, y te empezó a acariciar, mientras te decía, “mmm, claudia, siempre me gustó tu culo, tus nalgas, siempre en el salón te observaba, que ricura de culo tienes, y ahora en mis manos”, tu mamando, apenas alcanzabas a escuchar, sus manos, en tus tetas y en tu culo, tu boca, brindandole una mamada, una gran mamada, lo tenías en la boca, entraba, salía, lo acompañabas con tus labios y con tu lengua, de vez en vez, volteabas a verlo, tus manos acariciando sus huevos y su verga, tu boca mamaba, comia la verga, tu cabeza subía y bajaba, entraba y salía, entraba y salía, el cuarto de la biblioteca sólo, tu ritmo subió, tu boca hacia el trabajo, tu lengua, tus manos, sus manos, en tus nalgas, ya ahora abajo del calzón, acariciaba una, luego la otra, metía uno o dos dedos entre tus manos, rico, acariciaba, con la otra mano, tus tetas, pelliscaba tus pezones, acariciabas tus tetas, tu boca comiendo verga, tu, mamando, esas mamadas que das tan ricas, seguiste, el tiempo pasó, el ritmo subió, sudabas copiosamente, sudaba el, retiró su mano de tus tetas para tomarte de la cabeza y llevar un ritmo con tu boca, se iba a venir, y quería hacerlo en tu boca, ja, era exactamente lo que tu esperabas, el empezó a mover sus piernas y su cadera, cogia en tu boca, tu la dejaste abierta, la apretabas con tus labios y la lamías con tu lengua, mientras el se movía en tu boca, sentiste como se iba a venir, empezó a moverse más y más rápido, hasta que se detuvo, entonces, su cabeza empezó a explotar, el semen salió, el primero directo hasta tu garganta, caliente, espeso, el segundo chisguete, quedo en tu boca, lo probaste con tu lengua, rico, espeso, caliente, hiciste tu cara hacia atrás el tercer chisguete salió entre tus labios, lo probaste, rico nuevamente, lo pasaste al interior de tu boca y lo tragaste, después algunos pequeños chisguetes, todos dentro de tu boca, seguiste mamando la verga ya flacida del licenciado, tu maestro, sentiste su mano, en tus nalgas, en tus tetas, te levantaste, el retiró sus manos de tus tetas y te tu culo.
Escuchaba al maestro jesús decir términos jurídicos que no entendía, pensé por un momento, qué todavía me va a hacer el examen? bueno, es capaz, así que traté de poner algo de atención a lo que decía, vamos a buscar el libro de “introducción”, dijo, nos levantamos y fuimos a un estante de libros, ahi, buscamos el que decía, estaba en la parte superior del librero, me esforcé por alcanzarlo y al estirarme, sentí como sus manos me abrazaban, el por detrás de mi, inmediatamente tomó con sus dos manos mis tetas, levantó mi playera, y las tomó inmediatamente, sentí su bulto en mis nalgas, como se pegaba, mira que yo soy bajita y el alto, pero se agachaba un poco para pegarme su verga en mis nalgas, pero esta vez pensé, ahora voy a sacar la calificación, me voltié y lo besé, bajé mi mano hacia su verga y se la empecé a acariciar, le besé las mejillas y llegué a sus orejas, le dije “ya tengo asegurado el diez verdad?” el no contesto, simplemente agarraba mis nalgas con sus dos manos, sin ser muy presumida les dire que las tengo enormes, mis pantalones apenas alcanzar a contener su redondez, sus manos en mis nalgas, acariciando mi culito en su totalidad, me levantó la blusa y se dispuso a darme boca en mis tetas, era un experto, el maestro jesús, les diré de algo más de 40 años de edad, hizo una verdadera sinfonía de amor en mis tetas, con su lengua las ensalivo, las mordía suavemente, las besaba, se las metía todas en su enorme boca, sus manos acariaban mis nalgas y mi panochita, por encima del pantalón, cerca de nosotros, estaba una escalera de biblioteca, pequeña de apenas 3 o 4 escalones, la acercó a nosotros y me subió sobre de ella, mis tetas le quedaban muy altas, pero las acariciaba con sus manos, entonces, vi su intención, su boca quedaba extremadamente cerca de mi panocha y de mis nalgas, me volteó, y vi como mis nalgas quedaban a la altura de su boca, me desabrochó el pantalón de mezclilla y me lo bajó, empezó a besar mis nalgas sobre el calzón y al lado del mismo, mmm, que rica sensación, su boca en todas mis nalgas, hizo el calzón a un lado y me hizo que me empinara un poco con su mano, hizo mi espalda hacia adelante y mis nalgas quedarón paraditas a su merced, metió su lengua más adentro, entre mis piernas, aún sobre el calzón seguía mamando y chupando, mi calzón, la verdad estaba super mojado de mis jugos, por la mamada que le había dado, y el faje que me había puesto, sentí miles de sensaciones al tener su lengua cerca de mi panochita, sobre el calzón, sentía sus labios y su boca, su lengua y sus lenguetazos, como me mordía tímidamente mis labios, mi calzoncito de likra blanco era una humedad de ropa, su saliva, más mis jugos había hecho que estuviera muy mojado, lo hizo a un lado, entonces si, mi encuentro de su boca con mi panocha, que experto hombre, su lengua subiendo de arriba a abajo, sus dientes mordiendo mis labios vaginales, sus labios besando, haciendo presión sobre mi clitorias, sus manos, acariciando mis nalgas, mis gemidos? imagínenlos, enormes, no sé, sin poderme contener, exclamaba, mámame más, acariciame con tu boca, todo adentro el metía su lengua dentro de mi panochita, apenas podía respirar mi respiración era agitada, mis manos en su cabeza, era un ciclón dentro de mi panocha, “te gusta putita?” preguntaba, “te vas a venir, putita?” no podía ni contestar, sólo gemir, la verdad, me vine en su boca, sentí, esa hermosa, rica, e indescriptible sensación que recorrió todo mi cuerpo, mis pezones levantados, mi clitoris a reventar, mis piernas temblando, mi respiración agitada incontrolable, mi panocha relajada y tensa al mismo tiempo, el dejó que me viniera en el, durante unos segundos, cuando termine, me ayudo a bajar de la escalera, me sentó en la misma y se bajó el pantalón, me dió su verga que estaba ya lista, dura, jugosa, la tomé en mi boca, no pude menos que besarla y besarla y besarla, tratando de premiar a este hombre que me había hecho sentir tantas cosas tan ricas y calientes, se hizo hacia atrás, me sacó mi pantalón y mi calzón, me sentó en la orilla de la escalera, levantó mis piernas y procedió (término jurídico) a cogerme, antes de meter su verga en mi panocha, me vergeo, ahora entiendo el término, tomó con su mano su verga y la frotó contra mi panocha y mi pubis durante unos momentos, que sensación, la calidez de su verga, con mi calidez, la humedad de su verga, con mi humedad, durante algunos momentos lo hizo, sin embargo en mi desesperación de ser cogida, me hice hacia adelante mi cadera, tomé con mi mano su verga y la empecé a meter, la cabeza de su verga, abrió mis labios púbícos, que redondez, que rico, metió la cabeza y así la dejó un momento, puso sus labios en mis tetas y empezó a mamarlas, los pezones era su centro de atención.
Mamabas mis pezones bien rico, tu verga en mi interior, apenas la cabeza, se movía sóla, tu no te movías, ella, tu verga, tenía movimientos propios hacia los lados, empezaste a meterla, poco a poco, sentí como cada centímetro iba entrando, rica, caliente, mi panocha se acostumbraba a tu tamaño, rica, dentro, tus manos fueron a dar a mi nalgas, rico me acariciabas, mis nalgas, me mamabas mis tetas, me cogias con tu verga, que sensación, siempre me ha gustado despacio y tal parece que lo adivinaste, lento, poco a poco, salías y entrabas, lento, mi panocha bañaba con mis jugos tu verga, entraba, salía, entraba salía, puse mis manos en tus espalda, te arañaba, te sentía, te acariciaba, rico, media hora jugaste conmigo, jugaste a coger, a cogerte a tu alumna clau, mmm, que rico coges licenciado, te dije, era una orquesta de sexo, tu verga en mi, tu boca en mi, tus manos en mi, mi panocha en ti, mis tetas en ti, mis nalgas en ti, cogimos media hora, mis gritos, enormes, mis lamentos exitantes, mis ojos cerrados disfruntando tu verga a cada momento, me moví yo, también, recuerdas? lento, igual, rico, a veces rápido, movia mis nalgas, las subía y las bajaba para que entraras dentro de mi, me encantó, sabes? ya no lento, sentí como tus piernas se movían, tu cadera, tus nalgas, hacia mi, sabía que ibas a venir, sabía que me ibas a bañar con tus mocos, te agaché hasta mi, te besé, te besé, te besé, sentí como se hinchaba tu glande dentro de mi, sentí como tu verga se hacía fuerte y fuerte, dentro de mi, y empezó la danza de la leche, cuantas veces enviaste tus mocos a mi panocha, no sé, conté hasta el 6 o 7 chisguete, era tan caliente, tan humedo, sentí como me inundabas mi bizcocho, como tu leche llenaba mi caverna, rico, rico, rico, permaneciste dentro de mi algunos minutos más, mis piernas estaban a tu alrededor no te dejaba salir, te movías apenas un poco, dentro de mi, sentía tu verga, sentía tu fuerza, te besaba, por fin te dejé salir, permanecí acostada ahí por unos segundos, cuando me lenvante, vi que tu verga seguía parada, recorde que nos habías dicho en clase que eras divorciado, seguramente llevabas algunos días sin coger, me senté, te acerque a mi y te empezé a lamer tu pito, rico, sabía riquisimo, durante algunos minutos sólo se escuchaba mi boca contra tu verga, era un silencio enorme esa biblioteca, me levantaste nuevamente, ahora mi arrodillaste sobre la escalera, esta vez, mis nalgas frente a tu cara, me agachaste nuevamente, en el preciso instante en que yo lo iba a hacer, sabía que te gustaba ver mis nalgas paraditas, te hincaste detrás mío, me dijiste “lista para una nueva sensación?” claro que si, maestro, enseñame, te conteste, empezaste a besar mis nalgas, a acariciarlas con tus manos, sentí rico, durante unos minutos lo hiciste, abrias y abrias mis nalgas más y más y metías tu lengua entre mis nalgas, sentí como tus labios hicieron contacto con el más chiquito de mis hoyitos en mi cuerpo (sin contar la nariz, ni las orejas por supuesto),mmm, que rara sensación te dije, “aguanta un poco” me dijiste, “quieres aprender, verdad?”, con la cabeza asentí que si y dejé de hablar, paré más mis nalgas y dejé que siguieras en lo suyo, sentí, sus labios, luego su legua, luego toda su boca, como entraba en mi, en mi culito, en mi chiquito, mmm, que sensación, poco a poco movía su mano para meter un dedo, de repente me hice hacia adelante, voltíe a verte y te dije, sabes algo? es mi primera vez por el culito, soy virgen, pero un diez en la materia de derecho vale la pena, aceptas? no contestaste, hice la finta que me iba a levantar, tomaste mis nalgas en tus manos y me dijiste “esta asegurado el diez en la materia y en todas las que te voy a dar, pienso pedir tu grupo cada cuatrimestre”, regresé automáticamente a mi posición, mi culo humedo de tu saliva, mis nalgas abiertas por tus manos, empezaste a decir ” estas son las nalgas más hermosas que he tenido en mi vida”, “tu culo es el más enorme que me he comido” tu dedo tratando de entrar, ya norma, la compañera más “ligera” del grupo me había mencionado el sexo anal, de lo doloroso que era, tu dedo era un intruso enorme en mi culo, ensalivado y con cuidado fue entrando, poco a poco, tu otra mano en mi panocha, tratando de distraerme del dolor de mi culo, tu boca, en los pliegues de mis nalgas, te levantaste de mis nalgas, tomaste tu verga en tus manos, la enfilaste hacia el interior de mi culo, pusiste la cabeza de tu verga entre mis nalgas, caliente, firme, erecta, riquisima, la sentí, sentí como iba a perder mi virginidad anal en tu verga, bien valia la pena, la calificación y tu verga, métela, te dije, métela ya, la cabeza de tu verga entró, sentí como abrió mi culo y como penetraba, era riquisima, con ella adentro empezaste a moverte poco, lento, me acostumbré a ella, poco a poco empezé a moverme igualmente, hacia mis caderas hacia atrás para que entrara y saliera, la mitad del tronco entró sentía tu verga dentro de mi, la cabeza y una parte de ella, mi culo abierto en su máximo, tus manos en mis nalgas, en mis tetas y en mi panochita, acariciando mi clitoris, empecé a moverme más y más rápido, veias mis nalgas como se movian y aprosionaban tu pito, rico, caliente, dentro de mi, tomaste mis caderas y dejaste ir toda tu carne dentro de mi, la senti como entró, como se desarrolló, como creció, cobró vida y me cogía por el chiquito bien rico, maestro cógeme, muevete licenciado, entra, sal, eran mis palabras, “te gusta clau?” era tu pregunta, durante más de una hora, hicimos el rito del amor, del sexo, del sexo por el culo, tu verga abrió mi culo, para siempre, durante ese momento, disfrute tu pito dentro de mi, me vine, no sé, tres o cuatro veces, descansabamos, con tu verga dentro de mi, después volviamos a empezar, tu movimiento, tus caricias, tus ganas de hombre, tu virilidad, comprendí el secreto del hombre mayor, experimentado, gocé tu verga durante todo ese tiempo dentro de mi, el sudor era copioso, el dolor era mínimo, el placer intenso, te rogué “vaciame tus mocos en mi culo” empezaste a moverte más rápido, sentía el entrar y salir del pito, tus manos afarradas a mis nalgas y a mis caderas, mi enorme moreno culo a tu disposición, sentí tu venida dentro de mi, mi día de estreno, mi primer día de nalgas, después se las compartiría a muchos, pero ahora, eran tuyas y mi primera vez contigo, cuando terminaste de vaciarte en mi interior dejaste tu verga hinchada todavía algunos minutos, yo simplemente disfrutaba el momento, moviendome de vez en vez y mordiendote con mi culito y mis nalgas, la sacaste, te paraste y regresaste al escritorio, regresé contigo unos momentos más, cerramos los libros, nos despedimos, tres días después que fuimos a ver las calificaciones, vi mi 10, sabes algo? me lo gané, verdad?