Hola amigos de relatosercoticos, les envío mi primer relato.
Trata sobre unas jovencitas que aún estando en la universidad empiezan a aprender sobre sus profesiones en el mundo real. Ha sido fabuloso descubrir a estas chicas.Hoy les cuento algo que jamás pensé me sucedería con una joven practicante.
Hace cuatro meses el gerente de la empresa donde trabajo me necargó contratar nuevo personal para las áreas de márketing y mejora de nuestros servicios. Todo en la empresa comenzaba a tener costos elevados y un compañero que se graduó conmigo en la universidad me recomendó buscar a chicas practicantes que son empeñosas en el trabajo y alegrarían a todos en el trabajo con su belleza y buen ánimo. Así que puse un aviso en un diario local y tuvo buena acogida.
Llegaron así muchas practicantes pero fue Laura la primera que cunmplía los requisitos para el trabajo y además estaba muy coqueta durante la entrevista que tuvo conmigo. Siempre su mirada directa con esos ojos marrones grandes que me gustan tanto. La traté con cercanía y pude notar que ella tomaba confianza así ya en la segunda entrevista llevaba puesta una blusa clara y una minifalda, prendas que me dejaron ver la hermosa figura de esta chica de veinte años. Su cabello largo y suelto caía por sus hombros y esta imagen sólo la dejaba cuando ella miraba hacía algún lado y yo podía aprovechar en ver sus senos redondos y jóvenes. Además cuando ella salía por la puerta lo hacía lentamente y no me perdía ni un segundo de ese meneo de caderas tan sensual. Esas nalgas son perfectamente redonditas y firmes. Al despedirse, Laura volteaba y podía ver esa cara de angelito y abajo su trasero que despertaba mis deseos por ella.
El primer día de labores fue inolvidable pues allí inició lo que hasta hoy es lo mejor de cada día, verla llegar recién bañada, fresca, y tenerla cerca de mí. Siempre saludarla y ver a través de ese escote sus melones ricos, su colita y sus piernas riquísimas con esa minifalda.
Me gusta que me llame a ayudarla y ponerme detrás de ella mientra le indico qué hacer en la computadora, su aroma es indescriptible.
Y bueno ya les cuento lo que seguro esperaban, pues vi la forma de ir más allá con ella. Ella solicitaba un certificado para convalidar sus prácticas y además vi que le pagaban poco por lo que decidí apoyarla y ganarme más de su confianza. Ya para la segunda semana la llevaba a su casa en mi auto y procuraba demorame antes de salir para que la noche ayude a conversar en el viaje. En unos pocos días ya hablábamos de muchas cosas y hasta la había llevado a mi casa a ver cómo había quedado unos adornos que habíamos comprado juntos. Ella distraida en los adornor en el techo y paredes y yo me deleitaba con su cuerpo tan rico, en casa se había quedado en polito y sus senos se veían más lindos que nunca, no estaba en mini pero ese jean era bien llenado por el culito delicioso de Laurita.
Me sonreía y yo a ella, ya era tarde y ella iba a ir sola a su casa, así que nos despedimos y la abracé suavemente tocando su cintura y pegando su cuerpo al mío, le daba despacio un beso en su mejilla para tener a esa belleza conmigo por más tiempo.
Dos meses algo más así con circunstancias que se ponían calientes hasta que un sábado en la noche en mi casa veíamos una película cuando vino la escena amorosa que aproveché para mirarla y tocarla. Ella me pedía que no siga y le decía al oido que me gustaba mucho, que la quería conmigo. La besé y ella no me seguía así que le dije que la quería mucho, que la quería como una amiga cariñosa que nadie sabría de esto si ella no lo deseaba así.. Fue accediendo a mis caricias y tocamientos sobre todo los más ricos eran en sus piernas y los besos que le daba en el cuello. Le dije a Laura que tanto la quería que ya estaba viendo como hacer para ayudarla con su certificado y gestionar una mejora de sueldo. Ella se dio cuenta que buscaba algo que le convenía y no pudo ser mejor momento para que en la tele pasara de un momento de cariño y amor a la pasión encendida y lo posterior que se pondría mejor.
Subí su minifalda mientras tocaba sus piernas y sentí de cerca el calor de su conchita que tanto ansiaba tenerla y darle con todo. Ya mi pene estaba erecto al tocarla tanto y abrazándola la subí encima mío provocando que separara sus piernas alrededor mío y teniéndola frente a mi, pegada a mí. Le saqué el saquito azul que es uniforme en la empresa y ya en ese momento correspondía a mis besos de una forma en que delató que estaba tan caliente como yo.
Llevé sus manos a mi pinga y yo le manoseaba esos ricos senos que ya eran míos de todas formas. La notaba tan jovencita como un angelito pero de pronto el placer en su rostro me ponía a con más ganas de ya penetrarla. Le dije al oido: “Vamos a la camita mi amor” y con la cabecita me dijo que sí y me puse féliz, más féliz se puso mi verga que ya estaba dura y en su tamaño preciso para castigar a esta chiquita. La llevé al cuarto y en la puerta dejé mi pantalón y calzoncillo. Me senté en la cama y la tomé por la cintura mientras ella se desaborchaba la mini y yo la bajaba, bajé su truzita que de color blanco descubrío su conchita de nenita, que estaba preciosa para mí.. Me acercé a ella y Laura con un brazo me detuvo, la tomé del brazo y rápidamente le di un besito a su vulvita, ella cerró los ojos de placer. Me paré y la recosté para terminar de desvestirla y empezar a meterle la verga por completo. Al borde de la cama la puse y acerqué mi pene a ella, rozándole la conchita. La noté insegura y recordé ponerme un preservativo par tenerla dispuesta al cien por ciento. Vi su rostro más tranquilo y recostándome sobre ella toqué su entradita y allí mismo le introduje suevemente el pene, la empecé a friccionar con suavidad mientras la besaba, era tremendamente delicioso cachar a una chica tan joven como ella y con un cuerpo que me atraía a todas horas.
Con todo el erotismo se me había puesto la pieza tan grande y caliente que ella disfrutaba de mi penetración y eso me ponía contento y exitado. Sentir su repiración y gemidos hacía crecer también mis testículos. Con Laurita estaba teniendo el sexo más rico en lo que iba del año y ella lo disfrutaba tanto que supe que ya me la tiraría muchas veces más. La puse de ladito con los labios juntos y cogiéndola de las peirnas para frotarle bien la conchita pero esta vez ya me subí a la cama y le empecé a dar de ladito. Cuando de pronto llevo la mirada fijamente a mi pene y noto que ese culito se vería espectacular. Así que le dije: “De perrito mi bebita” y despacito sin sacarle el muchacho le di volantín y tremenda erección me dio al verle el enorme culazo de Laura, “-mi vida que culito”, La besé así, y le introduje la verga en su papita tan tierna. Tirar a esta niña tan rica, así limpiecita y fresca producía en mí tanta energía que ella ganaba con mi entusiamo en la cama. La clavé de perrito y la hice disfrutar en cada embestida con fuerza. Sentí que venía la leche y la abracé recostándome sobre ella, la puse bien adentro y me vine con todo, fue un polvazo con Laura.
La besé por todo el cuerpo mientras me reponía y esperaba tenerla dura de nuevo, al chupar sus tetas se me paró de nuevo y esta vez ella me dijo que quería cabalgar mi pichula, escucharla hablar así me puso caliente, y yo le respondía igual para aumentar el erotismo de la situación. Cogidos de las manos ella me cabalgaba y son sus nalgas sobaba mis huevos mientras su chucha masajeaba al ñaño con mucha entrega. Le agarraba siempre el culito y fui con un dedo a recorrer su anito que ahora no tomaría pero pronto si lo haría.
“-Ya mi vida, sólo quiero sentir tu culito, mi cielo”. Ella “-Au, ay, au.. se quejaba del goce y me dejaba introducirlo”. Mi mami seguía menenado todo lo que movía bien y me estaba provocando una lechada que sentía ya venir. “-Me vengo Laurita, gracias mi chiquita, eres mi corancito bebé”. Saqué mi pene fuera de ella y sobre la cama retiré el preservativo y ella vio como lancé la leche, lo que le gustó y miraba atenta a mi pene en su máxima expresión. De rodillas sobre la cama nos besamos, ambos calatitos, sudando y satisfechos. Toqué sus piernas, sobre la pierna derecha tenía algo de mi semen.
Pensé que echárselo encima y darle por el culito ya estaría mejor ara otra vez, sino ella se podría poner menos acsequible para el sexo conmigo.
La vestí y disfruté tocándole las tetas y el culo, recorriendo su cuerpo. Ya vestida fuimos a la sala, y quedamos mudos. Apagué la tele y me dijo que la lleve a su casa. Estaba cansado pero tenía que complacer a la mujer que se había portado de lo mejor conmigo y me había dado mucho placer esa noche.
La llevé a su casa y conversando de otras cosas sentí que por el sexo me ahbía terminado de enamorar. Me dijo chau con un beso y empezó una relación que ninca tuvo un comienzo ni aún encuentra final. Pero que está lleno de pasión y calor en la intimidad.