Una relación de amor entre una travesti y un hombre que descubre el placer de meterse hasta el fondo de su garganta el rosado miembro de su compañera. Luego descubrirá que lo fascina ver a su amante con otros hombres!!!!!!DESCUBRIENDO A SALLY
Sally es una travesti hermosa. Pelirroja, flaca, de labios gruesos y dientecitos de conejo. Sus tetas son voluminosas, llenas de pecas como casi todo su cuerpo. El culo de Sally es exuberante, bien redondo. Las piernas son largas y gruesas, con una piel color rosada y muy suave. Su pija es muy bonita, con un tamaño ideal para disfrutarla dentro de la boca, custodiada por dos testículos perfectamente redondos como pelotas de ping pong.
Me encanta meterme esas pelotas en mi boca, las dos a la vez, y saborearlas mientras la masturbo llenándome mi mano con su pija. Levantar la mirada y ver su cabellera roja y sus tetas, tragarme su verga erecta hasta sentir que la tengo toda en la boca y escuchar sus grititos de puta pidiendo más adentro o que le pase la lengua por el culo.
Sally ha reemplazado mi gusto por las mujeres, a las que respeto enormemente, pero que ahora me parecen incompletas. He aprendido a gozar tremendamente de una buena penetración por el culo viendo colgar un lindo pedazo de pija entre las piernas de mi amante, mientras grita como una mujer (a veces lo hace mejor).
Estoy enamorado de ella. Se ha convertido en la mujer ideal que estaba buscando, bella e insaciable; distinta por donde se la mire; super femenina y perversa al mismo tiempo.
La conocí mientras paseaba por una plaza cuando ella caminaba moviendo su tremendo culo de un lado al otro, con un vestido tan corto que me calentó al punto de seguirla adonde fuera para ver si en algún momento podría verle su tanga metida en ese maravilloso culo. Y tuve la suerte de que así sucediera. Sally se detuvo frente a un puesta de periódicos y se agachó levemente para tomar uno. Fue en ese momento cuando pude verle la tanga color negra que se perdía en la zanja de su enorme culo. También pude verle el bulto entre sus piernas. ¡¡¡Qué gloriosa que resultó esa vista ahora que la recuerdo!!!
Me impresionó y me excitó al mismo tiempo ver aquel bulto, entonces decidí seguirla de cerca. ¡No podía distinguir a simple vista si era una mujer o una travesti! Tan hermosa estaba en ese momento. La seguí hasta que se perdió en un edificio al cual no tuve acceso. Pero sin dudas ese era su domicilio. Esperé a que saliera el cuidador y entonces le pregunté por ella dando sus características. Me confirmó que era travesti y que por las madrugadas salía a prostituirse.
La esperé al otro día frente al edificio durante un par de horas hasta que saliera, cosa que así sucedió. Cuando la vi mi respiración se detuvo. Estaba hermosa. Sencillamente eso, hermosa. Se había puesto un vestido blanco muy ajustado y corto, con unos tacos altos que resaltaban mucho más aun su altura. La seguí unos metros hasta que de pronto se detuvo y se dio vuelta y me miró. Se puso la mano a la cintura y se acomodó su cartera al hombro. Confieso que un poco me sobresalté pensando que me habría confundido con un ladrón o un loco. Pero de inmediato me dijo si ya tenía pensado el lugar donde la llevaría. La muy maldita se había enterado el día anterior que había preguntado por ella y que ahora ese mismo hombre que era yo la estaba esperando.
Nos subimos a un taxi y en silencio fuimos a un hotel cercano que ella ya conocía y donde nadie preguntaba nada. Ni bien entramos lo primero que hizo fue preguntarme si era la primera vez que estaba con una travesti. Le contesté primero que no, pero inmediatamente me dijo que le estaba mintiendo, que tenía la cara de todos aquellos que estaban con una travesti por primera vez. Me dijo que le dejara tomar la iniciativa a ella y que nada me pasaría, al contrario terminaría pidiendo más.
Y así fue, lo primero que hizo fue besarme en la boca. Profundamente, con pasión y trucos de perversa, utilizando su lengua con jueguitos de niña traviesa. Aquello fue maravilloso de entrada. Luego se recostó en un sillón y me indicó que me acercara con su dedo índice. La acaricié por todos lados mientras ella me acariciaba el cabello y me decía que ella era mía y que la disfrutara. Recorrí sus piernas y sus tetas, aun con el vestido puesto, hasta que decidí meter mi mano entre sus piernas y agarrar fuertemente su pija que ya tenía medio parada. ¡Jamás había hecho semejante cosa! Pero igualmente me dejé llevar y de inmediato la llevé a mi boca. No sabía cómo se chupaba una pija, solamente me limité a no hacerle daño y a saborearla. De a poco la fui metiendo cada vez más en mi boca hasta que literalmente me la tragué hasta el fondo. Me aferraba fuertemente de sus piernas hasta que no aguantaba semejante trozo de carne dentro mío y entonces la sacaba toda llena de saliva. Estaba como hipnotizado con su pija en mis manos y pasándole la lengua como si fuera un helado. ¡Sensacional! Había encontrado lo que estaba buscando desde hacía mucho tiempo.
Luego Sally se sacó su vestido y dejó desnuda toda su belleza. Sus tetas eran preciosas, me arrojé sobre ellas y las lamí como un desaforado. No paraba de pasarle la lengua a sus pezones a la vez que la masturbaba permanentemente. Mi pija estaba a punto de estallar, era demasiado lo que estaba pasando y aún no la había ni tocado. Era hora de que Sally la chupara y se la tragara ahora ella. Así lo hizo y se tragó perfectamente mi pija. Ella también me metía uno de sus dedos en mi culo y eso me encantó. Yo no estaba decidido a ser penetrado, pero hasta ese dedo majestuosamente empleado llegaba.
Luego levantó sus largas piernas y me pidió por favor que la penetrara. Allí veía, frente a mí sus deslumbrante verga salivada, entonces sin pensarlo un momento le puse mi pija alrededor del agujero de su culo y se la fui metiendo de a poco. Cuando sentí que la tenía toda adentro suyo comencé decirle que la amaba y que ella era lo más hermoso que me había pasado en mi vida. Ella escuchaba y luego gritaba por más, pedía que la lastimara con mi pija. Entonces arremetí una y otra vez hasta que estallé. Derramé todo mi semen entre sus tetas mientras pasaba sus manos por su cuerpo desparramándolo por todas partes.
Esa fue mi primera vez con Sally. Por supuesto que luego de varios encuentros con ella la relación dejó de ser de cliente y prostituta. Comenzamos así nuestra actual relación de pareja que es fascinante. Claro que ella sigue ejerciendo la prostitución y lo hace porque es mucho el dinero que obtiene. Pero sé también que lo hace porque en cierto modo le sirve para estar en contacto con una gran cantidad de hombres. Así me lo ha reconocido y yo no tengo mucho para objetarle. La conocí de ese modo y ya las cartas estaban tiradas.
Sí le pedí que hiciera algo por mí, y es que me dejara verla de vez en cuando con sus amantes ocasionales (y a veces no tanto). Hoy la veo dos o tres veces por noche acostarse con sus clientes y satisfacerlos como yo lo hice esa primera vez.
Me oculto en otra habitación desde la que tengo una perfecta visión y desde donde puedo oír absolutamente todo. No paro de masturbarme cuando a Sally le piden las cosas más insólitas y ella accede. Es una perra en la cama y por su culo entra cualquier cosa y de cualquier tamaño. No hay amante que no disfrute de su hermosa pija rosada y de sus testículos perfectamente redondos. Luego que un cliente se va del departamento yo la acompaño al baño y la ayudo a bañarse. Es para mí como una actividad masoquista en cierto modo, pero me gusta y me causa gran placer. Lavar su pija ya fláccida y salivada por otro, enjabonar su culo que acaba de ser lamido y penetrado por otro hombre. A ella también le gusta eso y a veces me da órdenes como si fuera un sirviente. Yo accedo a todo, para mí esto se trata del cielo y estar con Sally es la mayor felicidad de mi vida por eso no quiero que nada desgaste nuestra relación. Jamás encontraría otra pija tan dulce como la suya.
Me gustó me encantó y si. Si me hubiera gustado conocer a una Sally a mi también. Pero ya a estas alturas de mi edad ni pagando querrán algo conmigo. Gracias por tu relato estuvo padrísimo y me encantó.