Yo tenía un sueño recurrente, en el cual varios hombres me perseguian por unas cavernas y al final me atrapaban, haciéndome gozar como nunca.En esa época, me hice novia de un chico llamado Jorge, el cual era maravilloso y muy atento conmigo, me trataba muy bien, me comprendía, me cudaba como nadie y me daba bellos obsequios, sobre todo flores, muchas flores.rnYo relamente ya había tenido dos encuentros sexuales con ex-novios, y se lo conté, Jorge me pidió que lo hiciéramos después de dos años de estar saliendo juntos; se lo concedí y pasamos varias tardes de intenso placer en varios hoteles de la ciudad y en su casa; en una ocasión le conté mi sueño y el me dijo que los sueños nunca se hacen realidad.rnPrecisamente este relato sucedió en su casa, era una casa muy grande, con jardin y alberca, al sur de esta ciudad y tenía como siete u ocho recámaras, algunas piezas se conectaban entre sí por puertas que casi siempre estaban cerradas.rnEse día, Jorge me pidió que jugáramos a las escondidas, pues no había nadie en su casa y queriamos hacer algo diferente; el me dijo que teníamos que jugar en ropa interior y que yo me escondiera, si el me encontraba, yo tenía que hacer lo que el ordenara, si no me encontraba en 20 minutos, el haría mi voluntad.rnPues bien, el comenzó a contar hasta cien en la recámara de su casa y yo me fui a esconder en una de las piezas más alejadas, me metí en un ropero que estaba ahí y me quede calladita sin hacer ruido, para ganar el juego. Comenzó a pasar el tiempo y Jorge no me encontraba, después de 15 minutos, me sentí ganadora, cuando de repente, escuché voces en el cuarto en el que estaba escondida. Eran dos tipos que yo jamás había visto, uno alto y delgado y el otro también delgado, pero más bajito.rnDesde mi escondite los ví que buscaban algo, abajo de la cama, en las orillas, etc. Penseé que tal vez eran ladrones y que Jorge no los había visto o que le habían hecho algo. Preocupada, decidí no moverme de donde estaba, por miedo a que me descubrieran. En ese momento, uno de los individuos se acercó al ropero y lo abrió de repente, sin darme tiempo de hacer nada, le dijo a su compañero: “aqui esta” y me di cuenta que lo que buscaban era a mí.rnAprovechando el descuido de el que gritó, lo empujé y cayó hacia atrás, salí corriendo del lugar para ver que pasaba; pasé a otro cuarto y a otro y al pasillo, pero los dos tipos seguían tras de mí no los podía perder, salí al jardín y vi a otros individuos que corrían hacia mí, desesperada, comencé a gritarle a mi novio, pero nadie me respondió.rnDe repente vi demasiados individuos que corrían tras de mí como en mi sueño, pero yo estaba decidida a no dejarme agarrar; no fue tanta mi suerte, llegó un momento, en la cocina, que me rodearon y no tuve escapatoria, entre varios de elllos me sujetaron y me levantaron en vilo. Yo estaba muy nerviosa, pues estaba solo con mi brassiere y mi tanguita y estos individuos se veían muy locos.rnMe llevaron a la sala, yo gritaba desesperada y llamaba a Jorge, pero me dijeron que era inútil, que nadie me iba a escuhcar, y que si no me callaba me iría mal. Decidí callarme y comencé a llorar en silencio.rnMe hincaron en la sala; uno de ellos me colocó una venda en los ojos y me ataron las manos a la espalda. Pregunté que me iban a hacer y supliqué que me dejaran en paz, pero ellos no contestaron solo reían y de repente, me levantaron, me hicieron caminar, no supe a donde me llevaron, me perdí; sabía que seguía en la casa, pero no en que parte.rnMe detuvieron y me desataron las manos, me dijo uno que me quitara el brassiere y la tanga y al negarme, me dijo que si yo no lo hacía lo harían ellos y que no me iba a gustar. Tuve que obedecer y quedé totalmente desnuda frente a aquellos individuos. Como soy de piel blanca y de buen cuerpo, escuché los comentarios lascivos de los tipos, me puse muy nerviosa, en ese momento estaba segura de que me iban a violar.rnMe ataron de nuevo las manos a la espalda y me hicieron que me hincara en el suelo, supuse que era una recámara, pues estaba alfombrada. Uno de ellos se acercó a mí y me tomó del cabello, me ordenó abrir la boca y al hacerlo, me introdujo su pene en mi boca, me ordenó chupar; pensé en morderlo, pero recordé que eran varios y pensé que si los hacía enojar sería peor. Comencé a chuparle el grueso miembro y sentí un sabor amargo en la boca; seguí chupando hacia adelante y hacia atrás, lamiendo como lo había hecho tantas veces con Jorge, al que le encantaba, después de un rato, sentí como en tipo se venía en mi garaganta, quise retirarme, pero él me tenía agarrada de los cabellos y me obligó a tragarme su semen, que, dicho sea de paso, no sabía tan mal.rnDespués me subieron a una cama y sentí como varias manos me acariciaban por todos lados, me tocaban mis tetas redondas y firmes, mis nalgas, me metían dedos por la vagina y el ano, me tocaban las piernas, los brazos, etc. Yo, desesperada, gritaba que me dejaran, pero no me escuchaban; mi mente comenzó a jugarme una mala pasada, pues las caricias de los individuos me hicieron que me calentara, que me pusiera a cien, pero al mismo tiempo, algo me decía que esto era malo que no debía sentir placer.rnSiguieron acariciándome y calnentándome, lo curioso era que exactamente lo mismo pasaba en mi sueño.rnDrepente, dejé de sentir caricas, y uno de los tipos se encaramó en la cama, haciéndome abrir las piernas, me introdujo su pene de un solo empujón, era muy grande, al sentirlo, grité de dolor, pero comenzó a moverse dentro de mí y del dolor pasé al placer, al principio seguía gritando, pero luego comencé a gemir, me estaba volviendo loca de tanto placer, el individuo se corrió dentro de mí, pero no sentí su semen, supuse que traía un condón.rnDespués continuó otro, y otro y otro, todos me hacían lo mismo, yo suplicaba que me dejaran, pero la realidad es que quería seguir, estaba muy caliente y sentir a esos tipos dentro de mí me llenaba de placer, tuve varios orgasmos, me vine una seis o siete veces.rnDe repente nadie se encaramó en mí. Me voltearon boca abajo y les grité que no, que or atrás no, rieron varios y uno colocó la punta de su pene en mi culito. Poco a poco comenzó a meter su miembro en mi culo, hasta que me empaló toda. Yo era virgen de ahí y sentí dolor y rabia, pues no quería hacerlo así. El tipo comenzó un vaivén en mi ano y me hizo gozar como nunca, realmente dejé de sentir dolor y la rabia inicial se transformó en deseo. El tipo terminó en mis entrañas y le siguió otro y luego otro y otro y otro, me volví a venir, como dos o tres veces, me encantó y lo gocé mucho.rnCuando los individuos terminaron todos, me dejaron exhausta. Cansada y en la cama comencé a pensar en lo que había pasado y me sentí mal, pues disfruté las violaciones de los tipos, me sentí sucia y sentí que había traicionado a Jorge al haber gozado esto.rnEn eso, escuché una voz que me parecía conocida que les decía a los tipos, gracias muchachos, cuando los necesite los vuelvo a llamar. Los tipos dijeron que gracias a él y que la habían pasado súper.rnSentí que alguien se acercaba, las demás voces ya no se oían. El que se quedó se encaramó en mí y sin aviso previo, me abrió las piernas y me penetró comencé a gritar y a moverme como loca, pues me produjo mucho dolor, el tipo comenzó a entrar y salir de mí, y me tapó la boca con la mano, me dijo que me callara, que él sabía bien que esto me gustaba, que me había visto disfrutando y que no me hiciera la mosca muerta. Reconocí esa voz: ¡Era Jorge!. Quise decirle que me estaba lastimando, pero no pude, ya que su manaza me tapaba toda
la boca, me lo hizo durante un buen rato y se vino dentro de mí; en ese momento, se dejó caer junto a mí y yo llorando, le pregunté que había pasado; el me contestó que lo único que hizo fue convertir mi sueño en realidad y que no pensó que esto me fuera a afectar, me quitó la venda, me desató y me pidió perdón de rodillas. Yo le pregunté quienes eran los tipos que me habían violado y el dijo que por eso me vendaron, paraq ue jamás supiera quienes eran, pero que les exigió el uso del condón para que no me fueran a embarazar o a pegar alguna enfermedad.rnNo supe que hacer, estaba confundida y le pedí a Jorge unos días para pensar en esto. Al final, lo perdoné, ya que mi sueño no volvió a aparecer, y realmente lo había disfrutado. Le conté otro sueño erótico que tuve y quedamos en que me lo haría realidad. Esto se los contaré otro día.