La cena esa noche se desarrollaba normalmente, cuando ese grupo de turistas ingreo al local y de todos ellos se destaco esa niña de ojos increíbles y un cuerpo delicioso.
Pense que solo sería para el disfrute de mis ojos, pero la realidad fue totalmente distinta, ya que la pude disfrutar plenamente y comprobar toda la pasion y el calor que aquella niña Mexicana tenia.Viaje de Egresados
Ese Viernes a la noche, la cena de negocios se estaba desarrollando normalmente, después de muchos meses de negociación esa tarde habíamos firmado el contrato con la distribuidora que se ocuparía de colocar nuestros productos en todo el interior del país, y por tal motivo decidimos agasajar a los directivos de la empresa distribuidora con una cena, en ese restaurante de moda, que ofrecía un espectáculo de tangos, y que estaba instalado en la zona turística de San Telmo.
En compañía del presidente de nuestra empresa, y del director financiero, yo como director comercial, estábamos atendiendo a nuestros nuevos socios con una suculenta comida, en donde no escaseaba el buen vino.
Charlábamos animadamente sobre diversos temas y casi al finalizar la comida observe que ingresaba al local, un contingente de turistas, los que venían a presenciar solamente el show, como se estila en esos lugares.
El mismo estaba integrado por un grupo de personas mayores, que seguramente serían los responsables del grupo, el guía turístico, y un grupo de muchachas y muchachos jóvenes, los que no tendrían mas de los 20 0 23 años.
La ubicación que les dieron, los instaló en una mesa grande muy cerca de nosotros, pudiendo oír por su forma de hablar, que los mismos procedían de México, ya que su manera de expresarse me hacía recordar mi estancia en ese país, hacía unos años atrás.
Pasado el primer momento en el que les dedique la atención fruto del tumulto que hicieron al ingresar, ya que eran alrededor de 25 personas, continué conversando con uno de los integrantes de la nueva distribuidora, dejando de prestar atención al grupo de turistas.
En eso estábamos, cuando las luces se atenuaron y el presentador anunció el comienzo del show.
Nos acomodamos para disfrutar del mismo y comenzó la participación de los distintos artistas que actuaban esa noche.
Mientras observaba las actuaciones, de repente me pareció que alguien me miraba con insistencia, por lo que adecuando mi visión a la poca luz que había en el salón, salvo la dirigida hacia el escenario, pude ver que en la mesa vecina, donde se aposentó el grupo de turistas, había una señorita que si bien prestaba atención al número musical, continuamente giraba su cabeza y miraba en nuestra dirección, suponiendo yo que las miradas venían dirigidas a mi.
Prestando más atención a ese detalle, que a la actuación del artista, me propuse averiguar hacia quien iban dirigidas esas miradas.
Al momento, y al ver que la niña volvía a mirar hacia nuestra mesa, le prodigue una sonrisa, a lo cual ella me respondió con otra que le ilumino su rostro, aunque por la penumbra del local no podía distinguir su figura, mucho más allá de su rostro.
Continué con mis miradas, y en cada oportunidad que ella lo hacía, fui aumentando mi apuesta, primero fueron las sonrisas, luego me anime a tirarle un besito con mi labios, viendo al hacerlo que ella además de sonreírse, me lo devolvía, para a continuación, hacerle pequeñas señas con mi cabeza.
Los demás integrantes de su grupo no se daban por enterados, pendientes de las distintas actuaciones, así que continuamos con nuestros gestos y mímicas nosotros dos.
En un momento del show, las parejas de bailarines de tango que actuaban, invitaron a los presentes a que fueran al centro de la pista a bailar un tango, y allí se me ocurrió la idea de que esa era mi oportunidad de acercarme a la niña mexicana, por lo que avisando a mis compañeros que aceptando la invitación iba a salir a bailar, me levante de la mesa, y acercándome a la de los turistas me aproxime al lugar donde estaba sentad la niña y con mucha dulzura le invite a bailar un tango.
“Disculpe señor, me dijo, es que yo no lo se bailar….”, a lo que le respondí, para que pudieran oír los demás integrantes de la mesa,” es una pena que este en Bs. As., en un local tanguero y se vaya sin haber bailado un tango, señorita……, usted solo tendrá que dejarse llevar que yo la conduciré, ya vera que es muy sencillo”
Ante esta afirmación, la señorita se levanto de su silla y sonriendo, se adelantó rumbo a la pista de baile, pudiendo allí por primera vez observarla en todo su belleza.
Era una morocha de alrededor de 1,68 de altura, con un hermoso físico, una colita parada y respingona, destacada por la ajustada pollera que vestía y al acercarme para acompañarla, puede verle desde atrás, que poseía de un par de tetas redondas y muy destacadas debajo de la blusa que traía, la cual tenía los dos primeros botones desabrochados, dejando ver ese canalito que las separa y parte de las mismas.
Una vez en la pista y habiendo comenzado a ejecutar la orquesta un tango, le explique muy rápidamente, que solo debería seguir mis pasos, sin complicarse demasiado, y que yo con mi mano en su espalda, la iría guiando por la pista.
Con una sonrisa angelical en su rostro, y con un brillo especial en sus ojos, me dijo que si, que lo haría, por lo que procedí a enlazar su talle con un brazo y con el otro le tome su mano para empezar a danzar.
Comenzamos lentamente y allí nomás le dije lo bonita que era, y que me había sentido atraído por sus miradas, ella se sonrió en forma picarona y me agradeció, diciendo a su vez, que ella también se había sentido atraída por mí.
A todo esto y pidiendo permiso, le explique el tango se debía bailar un poco mas pegados, como lo hacían las otras parejas que estaban bailando con nosotros, a lo que ella respondió que no había problema, que ella era la alumna y yo su profesor.
Así que apreté un poco más mi abrazo y le indique que con mi mano derecha, la que tenía sobre su cintura, la iría guiando, para cuando debía de girar, así que aproveché también para apretarla un poco mas.
Ella tenía prácticamente su rostro pegado a mi hombro, y mientras le preguntaba como se llamaba, la llevaba danzando por la pista de baile.
“Mónica es mi nombre y vengo desde el Distrito Federal de México en un viaje de estudios a su país y al Uruguay, y cual es su nombre señor….?”
“ Mi nombre es Ricardo y porque no dejas de tratarme de usted y no me tratas de tú o de vos…?”
“ De acuerdo me replico , me resulta mas fácil así….” y mientras continuábamos bailando, aproveche para bajar un poco mi mano de la cintura para deslizarla hasta el comienzo de su cola, sintiendo en ese momento que ella se me pego mas a mí.
“Hasta cuando te quedas en el país Mónica,?” pregunte junto a su oído, y ella me respondió,”llegamos en la mañana y nos quedaremos tres días aquí, para luego irnos al Uruguay”.
“Me gustaría poder mostrarte la ciudad y también tomar algo contigo, sin la compañía de tu contingente, te gustaría…?”, “ pues claro que me gustaría, mañana podemos vernos y salir los dos solos”.
“Podrás salir tu, no tendrás problemas con el grupo…?”
“NO porque nos han avisado que mañana tendríamos el día libre y varios de mis compañeros se estaban organizando para salir en grupos, por lo que yo puedo arreglar con algún grupo y escaparme para encontrarme contigo…”.
En esos preparativos estábamos, cuando el tango termino y yo reteniéndola de su cintura, le pregunte donde se hospedaban y le pase un de mis tarjetas personales para que me pudiera llamar.
Llegamos junto a su mesa, y le agradecí el baile, pero allí surgió una de las coordinadoras del viaje, que levantándose se acercó y me dijo toda melosa, “ perdón señor, pero he visto que baila muy bien y me gustaría intentar bailar un tango con usted..”
“Por supuesto le respondí” viendo de esa manera la forma de integrarme al grupo, por lo que la acompañe hasta la pista y salimos a bailar, observando mientras lo hacia, las sonrisas del presidente de mi compañía y de los demás integrantes de nuestra mesa, los que poniendo el pulgar hacia arriba me hacían la señal de éxito.
Por supuesto que a mi nueva compañera no la apreté tanto como a Mónica, ni deslice mi mano mas allá de su cintura, viendo al pasar cerca de la mesa de Mónica, que ella me guiñada uno de sus ojos con una sonrisa en sus labios.
Terminado el tema, acompañe a mi compañera de baile hasta la mesa, y ella me invitó a sentarme con ellos, pudiendo observar que mis compañeros de cena, se estaban por retirar, así que me disculpé un momento, y me despedí de nuestros distribuidores y de los miembros de mi empresa, los que entre sonrisa, me dijeron” suponemos que no se va a retirar ahora, no?”
“ No por el momento tengo pensado incrementar las relaciones argentino – mexicanas, además como mañana es Sábado, no tengo problemas de horario, así que me quedare un poco mas…..” les respondí y los acompañe hasta la puerta donde nos despedimos.
De regreso a la mesa de mis nuevas amigas, me hicieron sentar al lado de la coordinadora del grupo y de Mónica, la que me recibió con su sonrisa y al momento de sentarme, como sin querer, paso su mano por el costado de mi pierna, haciéndome sentir un escalofrío con esa caricia.
Conversamos de distintos temas, hasta que el grupo que actuaba en el lugar arrancó con un tema melódico por lo que sentí que Mónica me apretaba mi brazo y muy quedamente me decía, “ me sacas a bailar….?”
Así que dándome vuelta la invite a salir a la pista de baile y aprovechando la música, nos apretamos bastante, y mientras bailábamos le dije a su oído,” sabes que me gustas mucho, y que me gustaría poder estar a solas contigo….?”, respondiendo ella a la par que me apretaba un poco más contra su cuerpo,”mañana cuando nos veamos a solas, podremos planear que hacer, tu también me gustas mucho, noto que tienes mucha experiencia y eso me atrae de ti, cariño…….”
De regreso a la mesa y luego de una corta conversación con los demás integrantes del grupo les comunique que me retiraba, pidiéndome las otras dos señoras que los acompañaban que no lo hiciera sin antes bailar con ellas, por lo que accedí y luego de complacerlas, ya me iba a retirar, cuando Mónica me acompaña hasta la salida y me dice, “a que hora te espero cariño?….”, respondiéndole, “ te parece bien que pase por ti a las 10 de la mañana….?”
“De acuerdo a esa hora te esperare en la confitería del hotel, ya lista para salir”
Nos despedimos muy formalmente, con un beso en la mejilla y partí en busca de mi auto.
A la mañana siguiente y a la hora convenida, entre a la confitería del hotel, encontrando junto a un ventanal, a Mónica que terminaba su desayuno, ella se levantó de su mesa antes de que llegara y con una sonrisa, que le hacía resplandecer todo su rostro, me dio un beso casi en los labios, al momento que me decía, “que puntual caballero, y que elegante se ha venido…..”.
Lucía un conjunto deportivo de vivos colores, que me permitió visualizar con mayor detalle su figura, de mejor manera que la noche anterior, pudiendo comprobar que lo que me había tenido que imaginar, era superado con creces por la realidad.
Estime que sus medidas podían esta alrededor de los 90 de busto, 65 de cintura y algo más de cola, alrededor de los 95 cm. La cual se notaba bien parada y con buena consistencia.
Dejamos la confitería y nos dirigimos hacia mi auto, con el que partimos a recorrer la ciudad, llevándola a visitar distintos lugares característicos para luego enfilar hacia la zona del Tigre para que Mónica pudiera conocer las bellezas que el delta argentino posee.
Aprovechamos para almorzar en un restaurante de las cercanías y al finalizar y ya nuevamente en mi auto, le dije a la vez que apoyaba mi mano sobre su pierna,” sabes Mónica lo que mas deseo en estos momentos…..?”, “ no se si será lo mismo que pienso yo”, me respondió ella.
“Que me gustaría mucho poder estar contigo en un lugar mas tranquilo donde los dos solos podamos sentirnos cómodos…”, le conteste, a la vez que mi mano, que descansaba sobre su muslo, ascendía por el mismo, para colocarse entre sus piernas, casi tocando su sexo.
“Si papito, a mi también me gusta esa idea, que en realidad la tengo desde anoche cuando te conocí, así que llévame a donde gustes, que quiero estar contigo y disfrutar de ti”
No termino de decir esa frase, cuando ya estaba enfilando hacia la autopista Panamericana, donde existen una serie de hoteles alojamientos de primer nivel.
En seguida llegamos a uno de ellos y luego de seleccionar una suite de las mejores, nos dirigimos con mi auto al garaje de la misma.
Ni bien descendimos del vehículo, y al llegar ella a mi lado, ambos al unísono nos arrojamos el uno en los brazos del otro y nos fundimos al lado del auto en un prolongado beso.
Al ir subiendo la pequeña escalera que nos llevaba hasta la suite, aproveche que Mónica iba delante de mí, para ya sin ningún pudor, meter mi mano entre sus nalgas y dejar mi mano allí tocándole su cola y deslizando la misma hacia delante, llegando hasta su concha.
La suite elegida era espectacular, con muchos espejos en las paredes y en el techo, y luces difusas que daban un ambiente muy especial al cuarto, pero eso fue lo único que alcance a divisar, ya que luego de cerrar la puerta, nos abrazamos con tanta pasión y comenzamos mutuamente a desvestirnos, que ya no observe nada mas de nuestro entorno.
La juventud de Mónica le permitía tener unas carnes firmes y con una fragancia que envolvía todo su cuerpo, mientras que sus tetas, tenían firmeza y sus pezones rosados, haciendo que se destacaran por la prepotencia con que apuntaban hacia delante, dando la sensación de querer escaparse del sujetador que las contenía.
Mis manos no alcanzaban para querer tocar todas las partes de su cuerpo, haciendo ella lo mismo, acariciando mi espalda, mis brazos para luego bajar y apretarme con dulzura pero con firmeza mi pija a través del slip.
Su boca ávida, buscaba en la mía el contacto con mi lengua, mientras que nuestros sexos se friccionaban buscando aumentar el voltaje de nuestro deseo.
“Amor, desde anoche en que bailamos, quería que me tuvieras así y que me hicieras tuya, porque a mi me enloquecen los hombres maduros, y al bailar, me di cuenta de que tu eras el que me haría conocer el mayor placer en este país….., porque pude apreciar al apretarme contra ti, la dureza de tu verga, que ya quería que fuera mía anoche mismo….. , y por eso ya en el hotel, nomás de solo pensar que me vendrías a buscar, no pude contener mis deseos, así que me metí tres deditos en mi panocha, para sacarme todo el ardor que vos me habías dejado, mi rey…….”.
Mientras eso me decía Mónica, yo había introducido por la parte superior de su diminuta tanga, mi mano y le acariciaba con dulzura la parte superior de su concha, en la zona de su clítoris.
La misma note, que estaba casi totalmente depilada, aunque conservaba, una mata de vello en que formaba una triangulo alrededor de su sexo
Comencé a acariciar su concha y ella comenzó a ronronear como si fuera un gatito, al momento que se adhería a mi cuerpo y entre gemido y gemido, su boca se abría para recibir mi lengua u ofrecerme la suya,
Como soy un poco más alto que ella, note que se ponía en puntas de pié, para poder sentir además de las caricias de mi mano, la dureza de mi pija, la que estaba queriendo salir de la opresión de mi slip, de tan dura que se encontraba.
Sus tetas ya duras por el deseo, presionaban mi torso y las ganas contenidas por ambos, no daban para dilatar más la concreción de nuestros deseos, por lo que luego de quitarle su tanga, suavemente la fui llevando hacia una zona de la suite, en la que se hallaba una silla que colgaba de una cadena del techo, haciendo que ella se sentara en la misma, estando dicha silla calculada en su altura para el fin que yo deseaba darle, así que mientras le abrí sus piernas, me quite mi slip, viendo en sus ojos un destello de lujuria y deseo al comprobar en que estado se encontrada mi pija, que sin ser demasiado grande, las ganas que tenía de introducírsela, hacia que parecía de mayor tamaño.
“Opale, cariño, que rica verga tienes amor, y será toda para mi……?, me preguntó con una riéndose.
“Si amor estoy preparado para que la recibas y puedas disfrutarla mucho el día de hoy “, a lo que me respondió, “ pero ten cuidado cariño, porque soy un poquito estrecha y no quiero sufrir, sino gozar……”.
Dicho esto, le presente en la puerta de su panocha, la cabeza colorada de mi pija, la que de inmediato encontró el camino donde entrar y con un suave empujón, me encontré dentro de ese nido de amor, tan caliente y húmedo, que si no me controlo, casi acabo sin haber empezado a gozarla.
“ Hay mi amor, quédate así un momentito, por favor, quiero sentirla adentro mío tan calentita que la tienes y la siento tan rica, que deseo disfrutarla aunque tengo tantas ganas de que me cojas, que no se si podré esperar más de un momento….., si cariño quédate asíiiiiiiiiiiiiiiií………………… ahhhhhhhhhhh“
Pero mientras me decía esto muy cerca de mi oído, desde donde ella se encontraba sentada, movía su pelvis haciendo círculos, como para que mi pija le rozara todo su interior.
Ciertas fueron sus palabras, ya que enseguida comenzó a moverse hacia delante y atrás, a lo que de inmediato acompañe y comenzamos a disfrutar de nuestra relación.
“La sientes bien dentro tuyo, Moni…,?, desde anoche que tenía ganas de tenerte así. muñeca, me calentaste mucho ayer y necesitaba hacerte mía, amor”
Y ella entre gemidos de gozo y con su respiración alterada por la pasión, respondió,” cuando te vi. amor, dije este hombre no se me escapa, amor seguí moviéndote así, que te quiero sentir todo dentro mío, dale, por favor metémela mas adentro, quiero que me goces como nunca, seguíiiiiii, amor, dame toda esa verga, quiero másssssssssss, quiero acabar mucha leche para vos, amorcito, rompeme bien mi panocha, quiero que sea tuya, como me coges vida, nadie me lo hizo así, cogeme lindo mi concha, siento que te estoy por acabar, vida, me gustas tanto hayyyyyyy, siento que me vengo, amor acábame vos también, quiero sentir tu leche caliente dentro mío, así, seguí, ahhhhhhh, que ricooooooo, dame mássssssss”
Y en ese momento casi al unísono sentí que me venía y ella en sus movimientos externos, (había cruzado sus piernas detrás de mi cintura, para no dejarme alejar y que sacara mi pija de dentro suyo) y los internos producidos por las contracciones de su vagina, había acelerado mi llegada, ambos entre gemido de placer y resoplidos frutos del esfuerzo, lanzamos respectivamente nuestros jugos en una explosión que nos dejó por un instante como suspendidos en el tiempo, ya que me pareció a mi estar flotando entre nubes de algodón, de tan ligero que me sentía luego de descargar un torrente de leche dentro de su conchita, a la vez que note que ambos jugos desbordaban su vagina y le chorreaban por sus muslos.
Nos quedamos así por unos momentos, mientras nos besamos y ambos nos decíamos palabras tiernas al oído, a la vez que mis manos acariciaban su espalda y su cuello, acurrucándose Mónica como si fuera un gatito, disfrutando de mis caricias, mientras recuperábamos la respiración
Luego nos fuimos hacia el jacuzzi que estaba en un ángulo de la habitación, donde mutuamente nos enjabonamos y nos limpiamos, mientras que continuábamos con nuestros toqueteos, poniéndonos a continuación cada uno una de las batas del hotel y con ellas nos dirigimos hacia el lecho.
Consulte con Mónica si deseaba beber algo y de acuerdo a su pedido, solicite al servicio de cuartos nos subieran un daiquiri para ella y un whisky para mi.
Recostaos en la cama, mientras esperábamos trajeran las bebidas, y mientras que conversábamos, nos íbamos prodigando caricias que a cada minuto subían en intensidad , al igual que los besos que en distintas partes del cuerpo nos dábamos.
Continuamos por otro rato, mientras consumíamos las bebidas, hasta que en un momento, Moni, dejó a un lado la suya, y deslizándose por mi cuerpo, luego de besarme mis pezones, se coloco entre mis piernas y al momento que me miraba, tomo mi verga por su parte inferior y acercando su boca a la cabeza, comenzó a pasar su lengua por la misma, haciendo que sintiera una sensación tan delicada y rica que hizo que la misma, creciera aún mas en su tamaño.
Mientras esto hacía, con su otra mano, acariciaba y apretaba con delicadeza mis huevos, añadiendo a su mamada, otra sensación muy especial.
Su mirada trasmitía un dejo de lujuria y de pasión, que uno no podría creer al ver a esta hermosa criatura en una situación como la de anoche en el restaurante.
Su mamada , me puso tan caliente, que no quise dejar sin trasmitirle a Moni, esa calentura, por lo que le pedí que se colocara sobre mi poniendo su sexo frente a mi boca, así podríamos disfrutar los dos, en un espectacular 69.
Como ella también estaba muy caliente con la mamada que me estaba prodigando, acepto enseguida mi propuesta y entonces comencé a chupar esa concha tan deliciosa que tenía y que ante mis boca se ofrecía en todo su esplendor, con su color rosado, lista para ser penetrada por mi lengua.
Así estaba la cosa, y entre mis resoplidos al intentar meter cuanto mas adentro mi lengua en su sexo, y las lambeteadas que me daba a mi verga, cada vez los dos aceleramos nuestro accionar, presintiendo los dos lo cerca que estábamos de acabar.
Y fue así que en unos momentos mas, los movimientos de Mónica, con su culo, se hicieron mas fuertes como queriendo incrustarse contra mi boca, y mis movimientos con la pelvis, eran un continuo subir y bajar, como queriendo introducir toda mi verga, hasta su garganta.
Y fue allí, donde ambos casi al unísono, llegamos a experimentar el orgasmo y mientras que yo le lanzaba un chorro de leche caliente en su boca, recibía en la mía, los jugos que destilaba esa panocha, los que inundaron mi boca con un dulce sabor, y Mónica, sacando de su boca mi pija, hizo que el resto de mi leche, se le desparramara por sus senos.
Mientras descansábamos de nuestro intenso juego amatorio, llamaron desde la reopción del hotel, para avisarnos en que en quince minutos se vencían las tres horas del turno que habíamos tomado, y es allí donde Mónica que estaba acurrucada entre mis brazos me dijo casi en un susurro , con un tono de súplica, y con la actitud de un gatito mimoso de dice, ” Mi vida ya nos tenemos que ir, nos podemos quedar un tiempo mas……?
No terminó de pedírmelo que ya tenía el teléfono en mis manos y avisaba a la recepción que nos quedaríamos otro turno similar al anterior.
Así que ya mas relajados, y sin tener la presión del horario a cumplir, nos pusimos a jugar con nuestras manos y nuestras bocas, recomenzando nuevamente a levantar temperatura los dos.
En uno de esos juegos, la coloque boca abajo en la cama y colocándome detrás de ella, procedí a abrirle sus nalgas y acariciarle la entrada de su ano, a lo que ella con mucha ternura me dijo, “papi, me vas a meter por allí tu rico pene, si lo haces, por favor con mucho cuidado, porque las pocas veces que lo hice, me dolió mucho y no me gusta, pero hoy si tu quieres yo deseo que me lo hagas….”
A pesar de estar boca abajo, su cola se destacaba tan linda, paradita y firme que era una invitación a penetrarla, así que tomando un ges lubricante, que el hotel precavido, pone a disposición de sus clientes, procedí a untar todo su culito, y poniéndome también un poco en mis dedos, comencé introduciendo uno de ellos, para conseguir dilatarlo, luego de unos momentos, introduje un segundo y sentí como Moni, gemía, pero no de dolor, cuando comprobé que se había dilatado lo suficiente, me unte gel en mi pene, y puse su cabeza en la entrada de su cola, ejerciendo una suave presión para que la misma pasara la estreches de su esfínter.
Una vez logrado esto, y con un suave empellón, hice que el tronco de mi pene se deslizara dentro de ella, ya allí comencé a entrar y retroceder con delicadeza, viendo que Moni no sufría, y es más en ese momento me dijo agitada,” Hay amor, que bien me lo haces, así si me gusta, eres todo un artista, sigue por favor no pares de meterla que te siento tan rico dentro mío…..!”
Para asegurarse que ella alcanzara también su placer, puso una de sus manos entre sus piernas y comenzó a acariciarse el clítoris con la misma, a la vez que ronroneaba como un gatito y suspiraba y gemía.
Mi pene se encontraba apretado por el estrecho culito de Mónica, pero gracias al gel, se deslizaba sin inconvenientes, lo que me permitió aumentar la velocidad y la fuerza con la que la penetraba, resoplando yo por el esfuerzo, al tiempo que le susurraba en sus oídos, “Que linda cola que tienes amor, no sabes como soñé con poder hacértela, es riquísima, me das mucho placer y siento que te voy a acabar, sigue moviendo ese culito como ahora, amorrrrrrr, me vuelves loco con tus movimientos…..AHHHHHHHHHh……”
Y mientras esto le decía sentí que desde mi cerebro partía como un relámpago que alcanzó mi pene y mis huevos, haciendo que comenzara a derramar dentro de ese hermoso culito, mi leche, la que con cada movimiento que hacía, se escapa de dentro de ella.
Mónica aceleró sus caricias a su clítoris y lanzando un pequeño gritito, me dijo,” Hay amor, yo también estoy acabando, me has llenado mi cola con tu leche, y yo ahora estoy descargando por mi panocha mi propia leche, que hermoso fue, vida, que lindoooooo…….”
Entonces fue allí donde desprendiéndome de ese culito que tanto placer me dio, la hice girar, para ponerla de frente y bajando hasta su sexo, me puse a mamar los jugos que ella estaba largando, mezclándose con los de ella, mi propia leche, que se le escurría desde su cola, por el canal de sus nalgas, hasta llegar a su concha, sin importarme ya que deseaba saborear ese coño tan magnifico que Mónica tenía.
Nos quedamos reposando mucho rato, donde ella me contó de su vida en México, de cuanto le gustaban los hombre maduros, que nunca había tenido una tarde de sexo como aquella, y que nunca imagino que aquí en Buenos Aires, podría obtener tanto placer.
Luego nos volvimos a meter en el jacuzzi, nos besamos mucho por todas partes, nos cambiamos y nos retiramos del hotel, cuando las primeras sombras de la noche se presentaban en la ciudad.
Llegamos al hotel, encontrando en el lobby a un grupo de sus compañeras, las que con sonrisas cómplices, le preguntaron que tal estuvo el paseo, al tiempo que mas de una le guiñaba un ojo.
Quedamos en volvernos a encontrar el Martes, cuando regresaran del Uruguay, y así sucedió, pero eso tal vez requiera de otro relato, para que pueda contarles con fue la despedida, entre esta chava mexicana y un caballero argentino.
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