Relato enviado originalmente por Caneza el 6 de Septiembre del 2000 a www.SexoServicio.com
Pues bien la historia comienza cuando hace 1 año me quedé entre varios para entrar a una empresa de sistemas, prefiero no decir el nombre, pero cuando fui a el departamento de Recursos Humanos a firmar mi contrato me encontré en el elevador a la que sería también mi próxima compañera de trabajo.
Cuando la vi no me pareció la chica mas sexy pues venia pensando en cómo presentarme con mi nuevo jefe y todas esas situaciones que realiza uno cuando ingresa a un nuevo empleo.
Sin embargo me percaté que estaba muy bien formada, tenía unas Tetas de Fábula y estaba medio gordita pero de muy buen culo y piernas torneadas, de tez morena apiñonada y de ojos grandes y expresivos.
Y bueno lo primero que me preguntó fue que dónde quedaba el departamento de Recursos humanos pues ella también acababa de entrar a trabajar, le respondí que si quería lo investigáramos juntos pues también yo era nuevo en esa empresa, eso como que nos unió al principio pues estábamos los dos en una empresa nueva y es bueno encontrar a tu primer amigo lo buscamos juntos y realizamos los trámites .
Al finalizar ella me dijo que a qué departamento iba le dije que al departamento de sistemas y ella me dijo ¡¡¡qué sorpresa!!!, yo también, desde ese día pues típico nos hicimos amigos, nos entrevistamos mutuamente, le dije lo básico de mí que yo era soltero y demás ,la verdad es que yo no soy de mal ver, pero muy respetuoso con las mujeres casadas (bueno era) , ella por su parte ya estaba casada y tenía apenas un año de haberse casado por lo que en ese momento, pues se eliminó la posibilidad de que llegáramos a más, con el tiempo pues nos fuimos acercando, nos contábamos cosas y nos divertíamos.
Sin embargo yo notaba que ella guardaba mucho su distancia, en cuanto los dos nos veíamos a los ojos o algo por el estilo ella cambiaba de tema o se retiraba del lugar noté que quizás yo también le gustaba.
Al pasar el tiempo, un día ella decidió hacer una dieta muy drástica pues como les comenté al principio ella estaba medio llenita, así que al pasar de los días, me percaté que ella estaba más delgada y pues se veía mucho mejor, un día la entrar a la oficina, cual va siendo mi sorpresa que la antes gordita estaba más buena que nunca, traía puesta una minifalda y un top ajustado lo que le hacia ver unas tetas riquísimas una cintura fenomenal, y unas piernas de campeonato, me quedé como ido cuando se me acercó y me dijo ¡¡¡hola !!! como de costumbre.
Ella se dio cuenta de mi reacción pero quiso hacerse la desentendida desde ese día al acercarme sentía un deseo fenomenal por ella, pues ella también me provocaba, cruzaba la pierna más de lo normal y pues a mí se me ponía realmente dura, yo trataba de disimular pero ella también se daba cuenta de la situación, así que ella me empezó a dejar de hablar, siento que también me deseaba pero no quería faltarle a su esposo, así que pasó el tiempo y ya no nos llevábamos igual.
Pero ella cada vez se ponía más buena, al llegar a mi casa en las noches me hacía dos o tres pajas pensando en ella, y eso me empezó a preocupar pues realmente deseaba a una mujer casada y eso no iba con mis principios.
La verdad es que me encanta follar y lo hago muy a menudo, pero solo con mis amigas o novias y yo me jactaba de que nunca lo haría con una casada pues yo no quería que cuando me casara mi esposa estuviera follando con otros tíos, así que cada mañana pues me acercaba a ella y ella me hacia el feo, lo que provocaba que más la deseara; y confieso que mis compañeros de trabajo cuando ella entró ni la pelaban sin embargo ya era diferente ahora se hablaba de ella en las comidas, típico, oye ya viste qué buena se puso, o sabes que a mi me encantaría tirármela, era la sensación , yo me ponía celoso , pues me decía ¡¡¡yo la conocí primero!!! y nadie la pelaba.
Ahora que esta más buena que nunca todos la desean, pues ¡¡¡no!!! ¡¡¡esa mujer es mía!!! ¡¡¡qué me sucedía!!! , pues bien , el destino estaba a mi favor, pues nos asignaron a un proyecto juntos y teníamos que ir a una bóveda a guardar ciertas cintas y se cerraba la bóveda y a veces nadie nos molestaba pues a nadie le gustaba llevar el control de eso era muy engorroso a decir verdad.
Así que un día, estábamos los dos solos en la cintoteca y ella llevaba una falda larga pero semi transparente y una blusa que le hacia resaltar sus deliciosas tetas y muy bien formadas, ese día en particular se le veía el culo más rico que jamás he visto en mi vida, al verla como realizaba el inventario, se me fue poniendo durísima, hasta el punto que se notaba en mi forma de caminar, ella se dio cuenta, y me dijo por qué caminas así, le respondí que se me había dormido la pierna ella se sonrió y me dijo ¿me ayudas a colocar estas cintas en aquel estante?
Al acercarme a ella, sentí deseos de poseerla en ese instante, de romperle la falda y hacerle el sexo brutalmente, pero sabia que eso era arriesgado, que ella era casada y que además alguien podía entrar en ese momento, pero me armé de valor y me acerqué a ella tanto que ella se dio la vuelta muy bruscamente y me dijo con permiso ¿¿¿no??? y le dije que pasara, pero tenía que pasar entre la caja fuerte y el estante, me puse de frente y le dije pásate, ella se volteó de culo y me rozó la verga que estaba apunto de explotar, ello lo notó y me dijo , se me olvidó sacar una cinta y se regresó pero ahora me apretó más la verga, sentí sus preciosas nalgas en mi polla que estaba , durísima, y a punto de explotar, así que no pude más y la tomé de la cintura y la apreté con mi verga.
Ella sólo me dijo, ¡¡¡qué estas haciendo!!!, yo me acerqué a su oído y le dije que la deseaba, que la necesitaba, que si no me la tiraba en ese momento moriría, ella solo me dijo que no, pero yo seguía empujando mi polla con su culo bien torneado, y ella me decía sólo no.
Pero yo ya tenia mis manos sobre sus tetas, acariciando sus pezones y estaban duros como roca, y sus tetas eran deliciosas tal como cientos de pajas atrás me las había imaginado, seguía con mi movimiento en su hermoso culo, y solo oía que ella emitía suspiros de placer, ya no me decía nada, en ese momento yo estaba poseso, no me importaba nada solo quería cogérmela y lamerle todo su cuerpo.
Así que después le fui bajando la falda y ella entre resistencia y suspiros de placer me decía no, ¡¡¡yo no soy una puta!!!, no soy lo que tu crees, le contesté que yo nuca pensé que ella fuese puta pero que la deseaba más que a nadie en el mundo ¡¡¡y así era!!!
Ella no se podía mover, pues la tenia aprisionada entre la caja fuerte y un estante, así que la volteé y la empecé a besar en la boca ella me respondió como nunca, ¡¡¡nuestras lenguas eran una!!!, le toqué la rajita y estaba llena de sus jugos, así que decidí, bajar a lamer eso que olía a mujer, a sexo, le quité sus braguitas negras de encaje y le empecé a lamer toda su conchita ella estaba a 1000, le pasé el dedo por su ano, mientras ella me decía hazme tuya, métemela, le quité la falda por completo y ahí estaba ella con ese cuerpo de fábula con esas nalgas y esas piernas maravillosas, me pasó la mano por la polla y sentí un escalofrió, me la empezó a sacudir y yo estaba a 10000, así que me la saqué y ella la vio y me dijo conque este es el culpable ¿¿¿no???
Se agachó y me la empezó a mamar con una maestría que tienen las mujeres con experiencia, yo solo tenía los ojos en blanco y no pude más me corrí sobre ella, se tragó todo mi semen, le cayó algo en el pelo y en la cara, pero parecía no importarle, así que le dije ahora me toca a mí, la tiré en el suelo y la desnudé por completo, ella solo me decía qué tal si entra alguien.
Eso me excitaba más, me quité toda la ropa y nos quedamos desnudos los dos, yo seguí chupando sus deliciosas tetas, eran de fábula, para ese entonces sentí que tenía otra erección, así que le dije llegó el momento.
La puse de cuatro y le dije tu hermoso culo no sabes cuantas veces me la he pajeado pensando en él y ella parecía que eso le gustaba más pues me decía métemelo ya, así que le agarre su conchita y me unté sus jugos en mi verga, le puse la punta y la fui metiendo poco a poco ella se quejó al principio, es más temí que alguien oyera y por un momento quise sacársela ,pero era demasiado tarde se la había comido toda, no lo podía creer, me la estaba tirando.
Aquella mujer que al principio no era más que una amiga gordita, se convirtió en mi más profundo deseo, la follaba con placer, se la sacaba y se la metía, incrementando la velocidad y ella parecía estar más excitada que nunca pues empezó a llorar, luego al reír y a gritar, después de algunos movimientos más ella tuvo su primer orgasmo y yo después de unos segundos tuve el segundo, me corrí en todo su culito.
Se le escurrió algo de mi leche en sus hermosos y bien torneados muslos, y me dijo Te quiero, yo le dije que también la quería, decidimos ponernos la ropa, cuando ella se ponía el brassiere y sus bragas, me dije ¡¡¡no!!! a lo mejor no se vuelve a repetir esto, tengo que cogérmela otra vez, así que cuando ella se estaba terminando de vestir, me acerqué hacia ella y le dije, sabes no sentí tu hermosa conchita en mi polla, me gustaría volverte a coger, ¡¡¡parecía un animal!!!, pues ella solo se me quedó viendo y se bajó las bragas lentamente, como provocándome como diciendo esta bien, por hoy soy tuya, soy tu puta, hazme lo que quieras.
Así que me acerqué de nuevo y me saqué la polla y tenia una erección más, así que me acerqué y con ternura la besé, la acomodé en un estante de tal forma que mi verga entrara en aquella rajita húmeda.
Se la acomodé y se la metí con furia, ella se quejó emitió un suspiro de placer y nos besábamos la boca el cuello y me decía, jamás alguien me había deseado tanto, y lloraba, yo estaba muy excitado y sólo se la metía y se la sacaba con placer, ella por su parte solo emitía suspiros entrecortados y sentí como sus piernas empezaron a temblar y se vino por segunda ocasión, creo que esa metida fue la mejor pues nos vinimos casi al mismo tiempo, le dejé toda mi lechita adentro y nos quedamos como 30 segundos viéndonos uno al otro y me dijo quiero que sigamos así que nos follemos, pero sin que nadie se entere, pues amo a mi marido y no quisiera causarle ningún daño.
Yo asentí con la cabeza, nos vestimos y salimos de el lugar, felices, y yo como si hubiera descargado algo que me pesaba que necesitaba.
No sentí ningún remordimiento y ella tampoco, así que desde ese día nos follábamos en todos lados, pero eso será otra historia… ATT, caneza…..