Esta historia se desarrolló hace poco tiempo, y cada vez que la recuerdo me excito.
Yo tenía un grupo de amigos, seis en total que para todo andábamos juntos, desde la escuela hasta las parrandas, éramos inseparables; un de mis amigos llamado Abraham tenía una hermana llamada Claudia; ella era una inocente chica bajita, gíŒerita y de bonitas facciones; de unos 19 años más o menos; nosotros ya teníamos 25 o 26.
En una ocasión en que sus Papás salieron de viaje, Abraham nos invitó a su casa a una fiesta y como era de esperarse, sus amigos inseparables no podíamos faltar.
Yo fui con mi novia y otros tres amigos también; la fiesta estuvo muy bien, pero lo que más llamó mi atención era la microfalda que la hermana de mi amigo se había puesto; con una blusa ceñida y unas botitas muy simpáticas y aunque mi novia también era muy atractiva, Claudia llamó la atención de todos nosotros; intenté disimular, pero como también bebí mucho, mi novia se dio cuenta de que no podía dejar de mirar a Claudia. Lo malo fue que ella se estaba dando unos tremendos fajes con un muchacho moreno que parecía ser su novio.
Se hizo tarde y mi novia quería irse a su casa; yo la iba a llevar pero ella no quiso porque me vio muy tomado; la verdad es que yo no estaba tan tomado, estaba fingiendo para quedarme donde estaba Claudia y el truco me salió a la perfección; así que uno de mis amigos se llevó a mi novia y a las otras chicas; pero le dijimos que regresara porque se iba a poner bueno.
Mis amigos y yo estuvimos haciéndonos los borrachos, esperando que el novio de Claudia se fuera, pero el tipo no se largaba, nos dimos cuenta que le daba miedo dejar a la niña sola con nosotros, así que hicimos como si nos fuéramos a dormir y nos encerramos en una habitación que nos prestó Abraham; apagamos las luces y nos hicimos los dormidos para que nadie sospechara nada y esperamos un rato; luego Javier, uno de mis amigos se asomó a ver que sucedía y vio que ya todo estaba en calma y las luces apagadas; supusimos que el novio de Claudia ya se había ido y que tanto ella como Abraham se habían ido a acostar; nos desnudamos y salimos en silencio; previamente ya habíamos localizado la recámara de Claudia para no tener que andarla buscando; hacia allá nos dirigimos y con mucho cuidado abrimos con un pasador pues estaba cerrada con seguro.
Al entrar nos llevamos una gran sorpresa, pues la “inocente” Claudia estaba sobre la cama en tremendo faje con su novio; ambos estaban vestidos, pero las caricias que se daban hacían pensar que no tardarían en pasar a algo más; el novio le metía mano por todos lados mientras ella le acariciaba el bulto en sus pantalones. Como la luz estaba muy tenue, casi apagada, ellos tardaron un poco en darse cuenta de nuestra presencia, no fue sino hasta que los iluminamos con una lámpara que se separaron espantados; preguntándonos que hacíamos allí; ya habíamos cerrado la puerta de nuevo con seguro y encendimos la luz; Claudia y su novio se sorprendieron de vernos desnudos; nosotros no perdimos tiempo y aprovechando el factor sorpresa nos fuimos sobre ellos; tres de nosotros sujetamos al novio; rápidamente lo atamos a una silla y lo golpeamos mientras le preguntábamos donde estaba Abraham; el nos confesó que le había puesto una pastilla para dormir en su bebida para poder seducir a Claudia; ya que nos confesó esto, lo amordazamos para que no hiciera ruido.
Mientras tanto, los otros dos habían sujetado a Claudia y uno le tapaba la boca mientras el otro la desnudaba; ella se retorcía tratando de que la soltaran, pero mis amigos no la dejaron; en ese momento alguien tocó en la puerta de la recámara; todos nos detuvimos pensando que sería Abraham, Mario, otro amigo, se acercó a la puerta mientras José y yo nos preparábamos para atar a Abraham también; pero al abrir vimos que era Iván, el amigo que había llevado a las chicas a sus casas; él traía una cámara de video para grabar todo.
Tranquilos, seguimos con nuestro plan; rápidamente le rompimos la blusa y le bajamos la falda a Claudia, le arrancamos el sostén y Mario se pegó a una de sus tetas y Félix a la otra, succionándolas como enajenados y yo me hinqué y me dediqué a bajarle su tanga blanca; vi su rubio vello púbico mientras Adrián la sostenía fuertemente y le tapaba la boca para evitar cualquier contingencia. Le dejamos puestas las botas y las medias porque así nos excitaba más.
Claudia lloraba, gemía y pataleaba pero no nos conmovió; acaricié sus nalgas perfectas; la hice abrir las piernas y comencé a lengíŒetearle el clítoris, haciendo que mi verga se levantara en toda su extensión.
Con un dedo estuve jugando en la entrada de la panocha de Claudia y con otro en su ano; después de lamerla y juguetear un rato, les dije a mis amigos que ya era hora; al decir esto, ellos se movieron rápido; en un santiamén le ataron a Claudia los brazos atrás; Félix se sentó en la cama, recargando su espalda en la cabecera, acercamos a Claudia y la hicimos subirse a la cama también; le ordenamos que mamara la verga de Félix; ella quiso resistirse, pero le dijimos que si no hacía lo que le decíamos sería peor para ella y su novio, así que tuvo que obedecer. Claudia abrió la boca y empezó a mamar la verga de Félix; pudimos apreciar su magnífico cuerpo. Yo me subí a la cama y me coloqué detrás de Claudia que estaba en posición “de perrito” y mientras que Iván encendió la cámara, yo me coloqué en medio de las piernas de ella; sin ninguna contemplación puse mi verga en la entrada de su panocha, ella movió la cabeza diciéndome que no; yo solo sonreí y empujé lo más fuerte que pude; la penetré salvajemente, gozando con su dolor y desesperación.
Metí y saqué mi verga de la panocha de Claudia mientras ella llorando se la chupaba a Félix e Iván filmaba; mis demás amigos nos alentaban a continuar y el novio de ella desesperado pataleaba y gritaba algo por debajo de la mordaza. Uno de mis amigos le soltó un puntapié y le ordenó que se estuviera quieto.
Me incliné sobre Claudia y le besé el cuello mientras mis manos acariciaban sus tetas; seguí gozándola durante unos veinte minutos hasta que tuve un tremendo orgasmo y descargué todo mi semen dentro de ella; noté que lloraba queriendo evitar mi descarga, pero ya estaba hecho. Un poco después Félix soltó su descarga obligándola a tragarse su semen
En cuanto terminamos y sin darle tiempo de gritar, Adrián se sentó para que Claudia se la mamara y Mario se colocó en medio de las piernas de ella y de igual manera la penetraron ambos sin ninguna compasión, solo se escuchaban los quejidos de ella ahogados por la verga que chupaba y los gemidos de placer de mis amigos; Iván no perdía detalle con la cámara y el novio se agitaba y noté que trataba de decirnos algo. Me acerqué a él y le quité la mordaza, no sin antes advertirle que si gritaba le pondríamos una madriza como nunca; él me pidió que me acercara y al agacharme me dijo al oído que lo único que quería era que lo dejáramos cogerse a Claudia amarrada como la teníamos, pues era una fantasía que ella nunca le había querido cumplir. Yo me asombré, pues creí que el chico era más tranquilo, pero vi que era un gañán como todos nosotros; lo miré sonriente y le di dos palmaditas en la espalda diciéndole que solo esperara su turno.
Adrián tenía a Claudia tomada del cabello y la forzaba a subir y bajar la cabeza para que él sintiera más placer; un rato después tuvo un gran orgasmo y sostuvo la cabeza de ella para que no se derramara el semen; él se quitó y tomó su lugar Javier, poco después Mario se vino, sacó su verga y llenó las nalgas de Claudia de semen que le escurrió por las piernas; en cuanto Mario se quitó fue Iván el que la penetró, entregándome previamente la cámara para que yo siguiera filmando la orgía.
Con la cámara hice acercamientos a las caras de placer de mis amigos y a la cara de Claudia mamando la verga de Javier, esto me excitó de nuevo, pues ella chupaba con maestría, no parecía que la estuvieran obligando a ello.
Luego hice una toma recorriendo el hermoso cuerpo de Claudia; realmente era una hembra en toda la extensión de la palabra.
Javier se vino primero y le ordenó a Claudia que le limpiara muy bien la verga; ella se tragó el semen con asco, luego, Iván terminó dentro de Claudia que no paraba de llorar y gemir.
Iván se salió e hicimos que Claudia se levantara; la llevamos hasta donde estaba el novio, la desatamos y le ordenamos que le bajara el pantalón y le mamara la verga; ella se hincó y se la mamó; el chico cerró los ojos gozando la chupada que Claudia le daba; los dejamos un rato así y luego le ordenamos a Claudia que se detuviera, la hicimos levantarse y la llevamos de nuevo a la cama; le atamos de nuevo los brazos a la espalda y la hicimos hincarse en la orilla de la cama de tal manera que su cuerpo quedaba sobre el colchón y sus piernas quedaban abajo; desatamos al novio y le dijimos que ahora era su oportunidad; Claudia empezó a lloriquear y a pedirle al novio que no lo hiciera, pero él le dijo que lo estábamos obligando, aunque se notaba que estaba ansioso por violarla.
El novio se colocó detrás de Claudia mientras Iván la amordazaba para evitar que gritara; el muchacho se hincó y empujó su verga dentro de la panocha de Claudia, penetrándola por completo de un golpe; ella gimió de dolor y cerró con fuerza los ojos de los cuales ya escurrían lágrimas por el dolor. El novio estuvo bombeando a Claudia durante un buen rato, al tiempo que le daba tremendas nalgadas, haciéndola sufrir más.
El novio estuvo gozando de la violación a Claudia mientras yo seguía filmando todo lo ocurrido; sin poder aguantar más, le di la cámara a Iván y me acosté sobre la cama de lado, poniendo mi verga frente a la cara de Claudia; le quité la mordaza y tomándola del cabello, la obligué a mamármela; ella ya resignada obedecía sin chistar y me chupó la verga en silencio; de sus bellos ojos cerrados seguían escurriendo lágrimas pero siguió mamándomela; yo cerré los ojos y la tomé del cabello, gozando la chupada hasta que terminé sin soltarla para que se tragara mi semen.
Abrí los ojos y vi que ya no era el novio el que la cogía sino Adrián, mientras mis demás amigos y su novio ya confiado veían la escena
Mario, al ver que yo me levantaba, ocupó mi lugar, haciendo que Claudia le mamara la verga un buen rato; no la dejamos descansar, pues en cuanto Adrián terminó, Félix tomó su lugar y cuando terminó Mario, fue Javier el que la penetró y al venirse Félix en la cara de Claudia, Iván tomó su puesto.
Javier e Iván terminaron, llenando el cuerpo, la cara y el pelo de Claudia de semen; ella ya no decía nada ni se movía, solo lloraba en silencio.
Desatamos a Claudia y le dijimos que nadie debería de enterarse de lo ocurrido o mostraríamos a todo mundo el video, debidamente editado. Ella asintió y se acostó; el novio hizo por acercarse, pero Claudia lo rechazó y le dijo que no quería volver a verlo jamás. Nos salimos todos en silencio, nos vestimos y nos fuimos.
Me parece que la familia de Claudia nunca supo del incidente; nosotros en ocasiones lo comentamos y Adrián ya está planeando hacerle una visita sorpresa a Claudia, dice que el puede ir solo o acompañado, a ver que pasa, luego les cuento.