Hase tres semanas atrás, me uní a una banda de muchachos, los cuales se dedicaban a realizar travesuras en diferentes lugares de la ciudad, en algunas ocasiones robaban las flores de los jardines, o apedreaban algunas ventanas.
Hase tres semanas atrás, me uní a una banda de muchachos, los cuales se dedicaban a realizar travesuras en diferentes lugares de la ciudad, en algunas ocasiones robaban las flores de los jardines, o apedreaban algunas ventanas.
Una noche me fueron a buscar, a mi casa, para ir a molestar en algunas casas, pero en esta ocasión el asunto seria algo diferente, mis nuevos amigos querían entrar a la casa de mi vecina, para darle un gran susto, yo en un principio quería negarme, pero me convencieron así que esa noche ingresamos por la puerta trasera a su casa, era mas de media noche, llegamos a su dormitorio, había una lámpara encendida, lo que daba escasa iluminación al dormitorio, nosotros éramos tres, el resto de la banda no había podido venir, nos acercamos lentamente hacia la cama de doña Estela, la cual era una mujer de 50 años de edad, unos de mis amigos comenzó a destaparla lentamente, para nuestra sorpresa doña Estela solo tenia la bombacha puesta lo demás esta desnuda, los tres nos excitamos bastante al ver semejante espectáculo, parte de la bombacha estaba metido dentro de su culo, cuando estábamos gozando con semejante imagen doña Estela despertó, no dio ningún grito ni tampoco trato de cubrir su desnudes, nos pregunto que queríamos, le respondimos que solo deseábamos asustarla, ella nos dijo que éramos unos muchachos muy traviesos, se levanto de la cama y nos invito en la cocina un refresco a los tres, parecía que nuestra presencia allí no la incomodaba.
Ella se sentó en una silla, mientras tanto Carlos estaba parado detrás de ella, mi amigo no se contuvo mas y empezó a besarla en el cuello, doña Estela no se molesto al contrario, parecía disfrutar con esa atención, yo y Claudio solo mirábamos semejante escena, en un momento determinado, Carlos nos sugirió que la llevásemos a la cama, y así fue que los cuatro nos fuimos a la cama, el colchón era de dos plazas y bastante grueso, prendimos todas las luces, yo le termine de sacar la bombacha a mi vecina, así quedo completamente desnuda, sus nalgas eran anchas, sus tetas grandes y todavía bien paradas, yo me desnude por completo al igual que mis amigos, mi vecina empezó a mamar el pene de cada uno de nosotros, tomo la leche de los tres, pero aun esta sedienta de sexo, nos ofreció su culo, yo le abrí las nalgas y la penetre analmente hasta el fondo, ella no pudo dar ningún grito ya que su boca estaba ocupada con los 16 centímetros de pene de Carlos, después le llego el turno a Claudio, el no le tuvo compasión a doña Estela, la penetro analmente con mucha violencia, dándole fuertes palmadas en los glúteos a mi vecina, ella no podía quejarse ya que su boca ahora estaba ocupada con mi pene yo la agarraba de los cabellos porque no quería que su boca dejara de mamar mi verga.
Así estuvimos tres horas con doña Estela, exploramos ampliamente sus orificios, ella se puso muy alegre por nuestra visita nocturna, nos despidió esa noche con un pequeño asado de carne para reponer fuerzas, a partir de esa noche de ves en cuando nos damos una vuelta por la casa de mi vecina, de la cual todo el barrio habla ya que se la ve de un aspecto muy juvenil y alegre.