Infiel con el carpintero


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Mi nombre es Rebecca, tengo 28 años, soy una mujer casada, me considero una mujer muy atractiva, 1.62 de estatura, piel blanca, ojos color verdes, labios carnosos, cabello color negro.
Desde que era adolescente me desarrollé demasiado de la parte de adelante teniendo hoy en día un par de senos muy grandes, de igual manera tengo unos muslos y nalgas de buen tamaño gracias a que me esfuerzo demasiado en el gym. En este momento mis medidas son 90-62-96.
Dada esa descripción está por demás decir que soy una mujer muy guapa, a la que le gusta vestir a la moda y muy sensual, siempre con ropa de marca, y debido a mi altura siempre con tacones altos, además de siempre tener uñas largas y decoradas, con el cabello muy arreglado y maquillada por supuesto, así soy aun cuando solo este en casa y sobre todo muy caliente pues disfruto mucho hacer el amor con mi esposo aunque a él solo le interese su satisfacción.
A pesar de que me gusta ser muy sensual en todos los aspectos siempre he sido muy recatada y fina, mi educación siempre fue muy apegada a las familias modelo, yo crecí con la idea de casarme, tener una familia y serle fiel a mi esposo por siempre, pues seguía los patrones de mi casa, mi padre un gran hombre intachable, trabajador con una buena posición económica y mi madre una bella dama y señora en toda la extensión de la palabra, no fui muy noviera a pesar de ser muy atractiva para los hombres pues solo tuve dos relaciones antes de conocer a Matías.
Llevo 9 años de relación con mi esposo con el que perdí mi virginidad y a la postre termine casándome. Matías tiene 31 años mide 1.72 y de piel blanca, y gracias a que hace ejercicio tiene un muy buen cuerpo, él no es mucho de salir a fiestas y a la postre yo tampoco, a veces suelo salir con mis amigas al casino o a tomar un café. Como se darán cuenta mi vida es muy tranquila y bella y por eso nunca me pasaría por la cabeza la idea de engañar a mi esposo, hasta aquel día.
Mi esposo es arquitecto y le va muy bien en lo económico y gracias a eso me tiene viviendo como una princesa lo único malo de su trabajo es que se la pasa viajando mucho, todavía no tenemos hijos pues mi esposo quiera estar lo mejor preparado tanto en lo económico, como en lo mental. No tenemos mucho sexo, me va bien si tenemos relaciones 4 veces al mes, aparte de que no es muy bueno pues a él solo le importa venirse.
Como mi esposo todavía no quiere tener hijos la mayoría de veces usamos condón porque el no confía en otro método anticonceptivo, lo único bueno de tener relaciones con mi esposo es su miembro que mide entre 18 a 20 centímetros, yo siempre trato de ponerme lencería cuando tenemos sexo porque me gusta ver como sobresale mi cuerpo por el que tanto me he esforzado.
Fuera de eso mi vida es muy tranquila y bella, todo comenzó hace 6 meses ya llevábamos 1 mes sin tener sexo porque mi esposo no tenía mucho tiempo pues tenía mucho trabajo antes de acabar la obra que está dirigiendo me comento que Roberto un amigo de mi esposo le ofreció trabajar con él para hacer unos departamentos y que él había aceptado por que la paga era muy buena lo único malo es que la obra duraría unos 3 meses, aparte de que era en otra ciudad. Dos semanas después mi esposo termino la obra en la que estaba y a los dos días se fue para empezar a dirigir los departamentos que construirían y así pasaron dos semanas en las que casi no salía de mi casa.
En ese tiempo que había pasado algunas amigas me invitaban a salir de fiesta pero yo nunca acepte pues no me gustaba ir sin Matías, ya que mi esposo no estaba decidí remodelar mi cocina pues ya estaba muy maltratada conversando con una vecina me recomendó un carpintero el cual está cerca del gym al que voy así que al día siguiente después de ir al gym pase a su carpintería.
Llegando me atendió don Avelino un hombre de unos 47 años no muy alto pues media casi lo mismo que yo y con una gran panza.
—¡Buenos días! lo salude
—¡Buenas las tenga!
—¿Perdón? —me hice la que no escuche
—No digo… ¡buenas días! ¿Qué es lo que se le ofrece?
—Quiero un presupuesto para una cocina.
Y continúe dándole los detalles y medidas de los muebles que quería mientras le daba los detalles de los muebles sentía como don Avelino baja la mirada para verme mejor las tetas, sentía como me las empezaba a comer con la mirada y ver a ese hombre desear tanto mis senos me calentó un poco en fin la cosa es que para el siguiente día ya me tenía el presupuesto y como convino mis intereses lo acepte en tres días más ya estaba trabajando en mi casa y en verdad era un tipo muy peculiar me daba mucha risa algunos detalles de su aspecto y forma de ser por ejemplo se vestía con pantalones de mezclilla y unas playeras arremangadas para dejar ver sus brazos según él, escuchaba canciones de pedro infante y hasta en una ocasión lo encontré cantando.
—¡Amorcito corazón yo tengo tentación de un bizcocho! —cantaba a todo plumón
Hacía que lo interrumpí invitándolo a desayunar —Oiga no quiere un poco de café para que desayune.
—Ay patrona… discúlpeme pese que estaba solo.
—Olvídelo y vengase a desayunar.
En otro momento lo encontré viéndose en un espejo que tengo en la sala haciendo poses de fisiculturista, pero ponía caras muy graciosa y así siempre él era muy chistoso pero también muy coquetón no perdía la oportunidad de lanzarme algunos piropos respetuoso.
Sim embargo un día cuando me iba al gym tuve que regresarme a mi casa por mi celular el cual se me había olvidado, cuando iba a mi habitación escuche algunos ruidos en el baño vi la puerta entreabierta y cuando me asome encontré a don Avelino masturbándose con mi ropa interior con una mano mientras que con la otra olía mi brasier, él ni cuenta se dio de que lo vi así que fui a mi habitación agarre mi celular y me fui rápido al gym pensando el por qué no lo había corrido de mi casa.
La verdad es que ver a don Avelino masturbándose me había puesto caliente pues como les había contado ya lleva dos meses sin tener sexo desde que mi esposo se fue, toda la noche me pase pensando en lo que había sucedido y en vez de enojarme eso me calentaba llegando al punto de sentir como se mojaba mi puchita, así que después de pensarlo mucho y de lo caliente que estaba se me hiso fácil intentar calentar lo máximo que pudiera pero sin llegar a tener sexo con don Avelino o eso pensaba yo, sabiendo que al siguiente día seria el ultimo que trabajaba en mi casa decidí ir con todo, después de regresar del gym me metí a bañar, escogí un vestido rojo cortito que me llegaba hasta los muslos el cual tenía un gran escote que hacía que se me salieran un poco mis pechos de su lugar con una tanguita de encaje roja sin bra y unos tacones cerrados de 10 centímetros rojos
—Hola Avelino —dije haciendo mi aparición.
—P-patroncita ¿que no tiene frio?
—No en realidad estoy muy calientita.
—¡Se ve rechula con esa ropa!
—Gracias… mmmhh ¿le gustan mis melones? —le pregunte inclinando un poco para que viera mejor mis tetas
—¡Glup si están buenísimos! —me contesto atragantándose con su saliva
—Bueno pues le voy a dar una probadita —le dije enderezándome lentamente que hasta se puso rojo me dirigí al frutero que estaba sobre la mesa moviendo el culo para su deleite y cuando agarre el melón
—¿A esos se referí? —me pregunto
—Pues claro ¿Qué existen otros melones?
—No claro… es que yo pensé
—¿Qué pensó?
—No nada —me contesto tomando la rebanada que le ofrecí llevándosela a la boca y dándole una tremenda mordida que hasta el jugo escurría por las comisuras de sus labios eso me calentó que por cierto para este punto sentía como mi puchita comenzaba a mojarse después de acabarse el melón el siguió trabajando entonces tome una silla y me senté cruzada de piernas dejándole ver mi pichita el nada mas carraspeó y siguió trabajando
—¡Que brazotes tiene! —le dije
—Son para abrazar mejor —contesto en son de broma
—¿Y qué narizota tiene? —le dije viendo el bulto que iba creciendo en sus pantalones
—¿Narizota?… ¡Pero si la tengo chata! —sin entender a lo que me refería después me agache para ver cómo estaba quedando la puerta que ponía dejándole ver mejor mis tetas que casi se me salían por el escote que usaba, empecé a ver como volteaba la mirada disimuladamente para ver mejor mis tetas comencé a enderezarme para empezar a cruzar del otro lado mis pierna lentamente a lo que le deje observar mejor la tanguita que estaba usando y por supuesto mi vagina bien depiladita que ya está escurriendo de lo caliente que estaba, cuando me di cuenta don Avelino ya estaba súper nervioso pues empezó a sudar
—Que calor está haciendo ¿verdad?
—¿Tiene calor? voy por unos refrescos ahorita vuelvo —le conteste porque aunque el súper más cercano estaba 20 minutos de mi casa sentía como a cada momento me calentaba más y no quería que calentar a don Avelino que era mi plan se me saliera de las manos y pasara otra cosa.
Así que decidí ir al súper para ver si se me baja lo caliente que estaba agarre una blusa me la puse sobre el vestido para que nadie viera que no tenía bra pues el escote del vestido dejaba ver parte de mis tetas de camino al súper intentaba bajarme lo máximo posible lo caliente que estaba pero no podía además de que ya tenía muy mojada mi vagina además de mi tanga de lo caliente que estaba mientras buscaba los refrescos sentía como a cada paso que daba escurría mi vagina de lo caliente que estaba.
Ya de regreso del súper pesaba en abortar el plan de calentar a don Avelino para meterme a mi habitación y no salir hasta que se fuera pero cuando entre a mi casa ya no está don Avelino así que deje los refrescos en donde estaba trabajando y decidí irme a mi habitación cuando pase al lado del baño vi que la puerta estaba media abierta me asome y ahí estaba don Avelino masturbándose otra vez con mi ropa interior y eso termino por calentarme, empecé a jugarme las tetas con una mano, mientras iba bajando la otra hasta llegar a mi vagina para empezar a introducirme dos dedos lentamente hasta sacarme algunos gemidos mientras veía como se masturbaba empezaba a introducir más rápido mis dedos en mi puchita hasta no poder contenerme más ya necesitaba comerme su prieta verga lo más rápido posible así que corrí hacia mi habitación para sacar un condón y quitarme la blusa mientras sentía como escurría mi vagina de lo mojada que estaba, abrí la puerta del baño
—¿Por qué tan solito? —le pregunté
—¡Yo, yo p-perdóneme! —me contesto nervioso mientras veía como se le encogía el pene
—¡Mira se desmayó! Pero no te preocupes ahorita la revivimos —le insinué provocativamente mientras me agachaba para empezar a acariciarle sus testículos peludos.
Don Avelino se quedó con cara de sorpresa mientras jugaba con sus testículos y casi instintivamente su verga comenzó a erguirse de apoco, ver su pene peludo me excitaba más pues mi esposo siempre la tiene bien depiladita así que empecé a llevar la punta de mi lengua alrededor del pellejito que todavía cubría la cabeza, cuando esta comenzó a asomarse vi que alrededor del glande tenía una masita blanca que desprendía un olor fétido esto enardeció mis sentidos y sin detenerme a razonar con mi legua la fui limpiando, después fui bajando hasta el nacimiento de ser verga y lamí sus testículos mientras don Avelino solo gemía de placer.
De repente su pene se hincho sobre manera ante mi deleite y ansiosa lo introduje de un solo bocado comencé a meter y sacar Aquella verga peluda que aunque era más pequeña que la de Matías pues media de 11 a 13 centímetros la estaba chupando como una loca mientras el solo mordía sus labios ahogando sus gemidos senté a don Avelino en el inodoro para sacarme las tetas y masturbarlo con ellas mientras veía como su pene desaparecía de apoco en mis enormes senos hasta no dejarla verla más, el empezó a pellizcar mis pezones para sacarme algunos gemidos me levanté y empecé a quitarme el vestido mientras le bailaba sensualmente para su deleite cuando esta por quitarme los tacones el me detuvo
—Me gustas más con tacones —me respondió
—¿Qué más te gusta de mí? —le pregunte
—Tus tetas, tu culo, tus tetas me gusta todo de ti mamacita —mientras se paraba para comenzar a besar mi cuello hasta bajar a mis tetas las cuales comenzó a chupar como desesperado, a pesar del tamaño de mis senos. No los tengo nada caídos por el contrario mis pezones son paraditos de color rosita y mi aureola es muy amplia.
Yo solo gemía del placer mientras el empezaba a morder mis pezones entre gemidos empecé a preguntarle que le excitaba más de mi pues me gusta que me alaben demasiado él me decía que mis labios, mis curvas, mis piernas que todo lo volvían loco mientras empezaba a bajar hasta mi abdomen para después sentarme en el inodoro y abrirme las piernas para encontrar una vagina bien depiladita, el empezó pasar su lengua por mi puchita y a meterme dos dedos mientras yo solo gemía de placer pues a mi esposo solo le gustaba que se la mamara pero a él no le gustaba chuparme mi puchita aunque la tenga siempre depiladita después de unos minutos de chuparme mi puchita se paró para quitarse la camisa y dejarme ver su enorme y velluda panza comenzó sacarse bien el pantalón mientras yo me levante para empezar a besarnos senté a don Avelino sobre el inodoro para tomar el condón y empezar abrirlo mientras me decía
—A con que ya tienes ganas de que te la meta
—Si ya quiero sentirte dentro de mí —respondí
Acabe de ponerle el condón para después ponerme de espalda y empezar a montarme sobre el sucio carpintero enterrándome suavemente en su candente verga mientras sentía como iba bajando sobre su peludo pene, mis suaves labios vaginales empezaron a esconder lentamente su verga hasta comérselo completamente comencé a apretar su verga como loca mientras subía y bajaba lentamente para el placer de don Avelino comencé a subir el ritmo y empecé sentir como mis nalgas chocaban con sus huevos peludos aunque no sentía el mismo placer que con Matías pues su pene era más chico pero con lo cachonda que estaba yo gemía como loca mientras le decía
—me encantaaa tu verga papiii me encantaaa
—Eres toda una puta que hasta te coges sola
—Queee ricaaa vergaa mi reyyy
—Mueve el culo perra mueve el culo
—Siii papiii me tienes locaaa miii reyyy
—Dime quien es mi puta dime quien es mi puta
—Yoooo soyy tuuu putaa yoo soyy tu putaaa mi reyyy —mientras cabalgaba alcance a levantar la mirada para ver en el espejo del tocador una imagen que era por demás caliente la esposa fiel y fina siendo cogida por el carpintero y no solo eso yo bajando y subiendo con mi culo blanco como una perra y gimiendo como loca mientras el solo disfrutaba mordiéndose los labios, el contraste de colores era muy evidente y eso me encantaba.
Los dos únicos novios que había tenido fueron güeritos y delgados y estar cogiéndome a un hombre moreno, gordo y demasiado peludo me daban un toque de morbo que me estaba matando, me voltee sin pararme de su verga mientras cerraba mis ojos para disfrutar del momento sentí como empezaba a nalguearme comencé a mover mis caderas con fuerza mientras llevaba el ritmo de la penetración el empezó a chupar con ansias mis finos y rosados pezones haciéndome gozar todavía más, después de unos minutos de vaivén y de chuparme los pezones sentí un sabroso calorcito bajando por mi conducto vaginal mientras no podía dejar de gemir, don Avelino me detuvo para poner en el suelo a cuatro patas
—Así te deseaba perra
—Si papi cógeme como tú quieras
—Ahora vas a sentir lo que es placer
—¡Cógeme mi rey cógeme, cógeme!
—Dime cuanto deseas que te coja perra
—La deseo muchísimo papi por favor ya cógeme por favor
Puso su mano sobre mi espalda para bajarme hasta el suelo y levantar mi culo, con mi culo en el aire e indefenso de repente sin más ni menos me la dejo ir de un solo golpe mientras yo solo deje salir un gran gemido el empezó a penetrarme con mucha rabia mientras me nalgueaba yo solo gemía mientras llevaba mi mana hacia mi clítoris para empezar a sobarlo
—Sii papii noo pares mi rey no pares
—Así te gusta perra, dime cuanto te gusta
—Meee encantaa mee encantaa mi rey
—Te voy a partir en dos puta
—Siii partemeee Por favor no pares por favor no pares —después de unos minutos el empezó a bajar el ritmo pero yo como una puta comencé a mover el culo para atrás, después le dije a don Avelino que se tirara al piso para cabalgar sobre él, me deje caer de un sentó y empecé a bajar y subir mientras movía las caderas de un lado a otro solo para ver como el cerraba los ojos y empezaba a gemir de placer su cara me ponía más cachonda pues veía como después de un buen tiempo un hombre disfrutaba de mi cuerpo
—Te gusta como lo hago papi
—Si me tienes como loco puta
—Que es lo que más te gusta de mi papi
—Tus chichis puta tus chichis —en ese momento puse mis senos en su cara para que me los empezara a chupar
—Papiii cómeme mis tetas comételas mi rey —el empezó a chupar mis rosados pezones como loco mientras mis gemidos crecían comencé subir el ritmo de mis cabalgadas mientras veía su cara de placer la cual me calentaba más mientras escuchaba nuestros gemidos mezclarse me di cuenta que ver como complacía a don Avelino era lo que más me excitaba así que subí el ritmo de mis cabalgadas lo más rápido posible mientras entre gemidos y con mis ojos entre abiertos veía como don Avelino disfrutaba con mi cuerpo de repente don Avelino comenzó a gritar
—Me vengo puta me vengo
—Échamelos en la cara mi rey —me quite de encima, él se paró rápidamente se quitó el condón y me aventó sus chorros de semen los cuales me cayeron en la cara y en las tetas con mis dedos empecé a agarra el semen de mis tetas y comencé a chuparlo.
Note que había quedado semen escurriendo de la cabeza de su verga así que me acerque a gatas para empezar a limpiárselo comencé a pasar mi lengua por la cabeza de su pito hasta dejárselo completamente limpio, don Avelino comenzó a ponerse su ropa rápidamente sin decirme nada agarro mi tanga del suelo se limpió bien su verga tiro mi tanga al suelo y se fue a acabar de trabajar yo me puse de pie y me metí a bañar con agua fría porque realmente no me bajaba la excitación que tenía, después de un rato me comenzaron a llegar pasamientos de culpabilidad pero a la vez recordaba la cara que ponía mientras me cogía y eso me volvía calentar.
No salí de mi cuarto en un buen rato pues la culpa me comí hasta que escuche que don Avelino había dejado trabajar salí y ya había recogido sus cosas vi que ya vía terminado el trabajo le page lo acompañe a la salida pero siempre con un silencio incómodo y antes de irse me dio un beso en la boca me dejo su número me dijo —Cuando quieras repetimos.
Cerré la puerta rápidamente y me fui a mi habitación con un gran remordimiento. Más tarde cuando me llamo mi esposo estuve a punto de contárselo, pero no pude.
Toda la noche pensé en lo sucedido con gran remordimiento, pero mientras pasaba en tiempo empezaba a desaparecer ese remordimiento y comenzaba a llegarme una gran excitación, hasta llegar al punto de sentir como se mojaba un poco mi vagina y mojarme un poco mi pijama de la excitación y así fue como comenzó mi vida de infidelidades.
Si quieren que les cuente más de mis aventuras déjenme un cometario


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Author: Rebeccared

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