habran sido las diez, o un poco mas tarde. el sol se habia puesto hace rato
pero el calor de la tarde vivía en las paredes de piedra todavia. yo estaba solo,
atado al televisor como casi todas las noches, y las noticias no decian nada diferente.
casi imperceptible, el mar me hacia caricias en los oidos y la brisa me llegaba
con olor a sol y arena.
me empezaron a invadir los recuerdos, imagenes de playa, niños, madres, padres,
una verdadera multitud. dejé la tele y me fui a la cama. empecé a imaginar,
dejando de lado los recuerdos, y le empecé a dar forma en la oscuridad;
la hice alta, impecablemente rubia y vestida tan solo con una tunica blanca.
la perfección de sus senos resaltaba en la tunica (no estamos hablando de senos
gigantes, tan solo “perfectos”, coronados con pezones rosados y casi invisibles);
también la doté de ojos café, piernas largas, y empecé a entrever su pubis,
como una pequeña aglomeración de pelos rubios manchando un monte de venus que
empecé a querer tocar.
se acercó, caminando como gata y desde los pies de la cama me empezó a mirar en
mi desnudez. sus ojos se concentraron en mi verga, que fué tomando su forma a
medida que sus ojos se posaban sobre ella. dejó caer la tunica, y lo que yo
habia imaginado era aún mas esplendido; se agachó y gateó por las sabanas,
hasta rozarme la verga con uno de sus pezones. siguió hasta mi cara y me lo ofreció,
rosado, como si fuese un regalo. saqué la lengua y lo rocé apenas, sintiendo lo tibio
y suave que era. con los labios lo abracé y empecé a succionar suavemente, mientras
sentia como se iba poniendo duro.
en un movimiento rapido me ofreció su otro pezón, el derecho, quizas esperando
el mismo trato. lo humedecí con mi lengua y soplé despacito, mirando el momento
exacto en que se erectaba. seguí chupandolo, mientras ella tomó mi pija entre
sus manos y la empezó a menear despacio. con la mano fui recorriendo su panza
mientras seguia jugando con sus pezones, y llegué a tocar los pelitos que habia
imaginado. eran pocos y muy suaves, y coronaban una pequeña raya que se hundia
entre sus piernas, ya abiertas. segui la raya y pude sentir la dureza de su clitoris,
aún escondido entre los labios. seguí recorriendo y empecé a notar una humedad deliciosa.
con mi dedo medio empecé a hundirme en esa humedad, y al sacarlo bien mojado
volví a ir hacia el clitoris, que me estaba esperando, casi listo para ser acariciado.
no quise herirlo todavia y empecé a recorrerlo por los lados, de un lado al otro,
y ya con dos dedos, lo empecé a aprisionar suavemente. sus jadeos me dieron a
entender que le estaba gustando, así que me deslicé por debajo de ella hasta
tener la concha frente a mi boca. era una imagn gloriosa, un color rosado intenso
en los labios, y la punta del clitoris asomando, entre las pareces humedas de sus
labios. lo terminé de descubrir con la lengua, acariciandolo suavemente y despues
lo agarré entre mis labios y succionando suavemente lo empecé a aplastar con la
lengua. habrán sido dos minutos así y ella se dio vuelta, ofreciendome sus caderas
frente a mi cara y metiendose mi pija en su boca deliciosa.
segui chupando su clitoris, pero empecé a meter un dedo en su concha, que ardía
y estaba mojada, muy mojada. la pentré con un dedo, mientras chupaba su concha,
y sentí las convulsiones de su orgasmo, antes de recibir dos fuertes chorros
desde su concha. se hizo a un lado y se dio vuelta. se subió sobre mi y con
destreza se metió mi pija despacio, mientras se sentaba sobre mi. empezó a
moverse despacio de adelante hacia atras, apretandose fuerte contra mi pelvis.
se movia cada vez mas rapido, hasta que empezó a subir y bajar; yo salia y
entraba casi completamente de su conchita, la entrada era devastadora, se escuchaba
el golpeteo de sus nalgas contra mis piernas, y la simple visión del espectaculo
me empezó a hacer incontenible el orgasmo. se lo dije, y ella empezó a moverse
mas rapido aún, hasta que acabamos juntos, yo en una verdadera explosión de
leche caliente dentro suyo y ella en un grito desgarrador. así fue como la dejé
ir de mi irrealidad, y me encontré solo en la cama, completamente erecto y
necesitando masturbarme con urgencia.
volví a imaginarla, esta vez en la playa, desnuda, masturbandose. se la veia
caliente con su mano frotando su entrepierna. un dedo apenas metido y moviendose
rapidamente, con la otra mano se pellizcaba un pezón y se acariciaba todo el seno.
solo imaginarla así me hizo acabar, solo sobre mi cama.
juro que todo pareció real 😉