Una escena incestuosa

Esta historia es producto de mi fantasía. Por razones practicas decidí escribirla en primera persona desde la perspectiva de Sergio, el único hombre de la historia. Pero tu, amigo o amiga que te estás tomando el tiempo de honrarme con tu lectura, por favor siéntete libre de identificarte con el personaje que más te haga disfrutar. Ahora relájate, y déjame llevarte hasta esta casa, donde poco a poco y sin esperarlo, todos las barreras se fueron derrumbando…
Al llegar a la casa me sorprendió ver la televisión de la sala encendida. A las 4 de la tarde normalmente ninguna de mis hermanas estaba ahí, por lo que tras dejar las llaves en la cocina me acerqué con cautela a mirar si había alguien en el sofá. Para mi sorpresa encontré a Melanie dormida boca abajo con su cuerpo extendido de largo a largo sobre los cojines del mueble, aun con el control remoto en su mano apuntando hacia el televisor. Melanie tiene 22 años, 2 mas que yo, y es la segunda hija en esta familia de 3. Patricia, la mayor, tiene 24 años, y en realidad yo no sabría decir cual de las dos esta más buena. Melanie es blanca, pelo negro ondulado que le llega un poco mas abajo de los hombros, es pequeña, flaca, con senos redonditos proporcionales al resto de su cuerpo, una cintura bien marcada, tremendas piernas y lo que yo calificaría de nalgas perfectas. Su culo destaca en su figura, obligando a hombres y mujeres por igual a voltear cuando la ven pasar con esos blue jeans ajustados que tanto le gustan. Paradito, erguido, duro, se desprende de su espalda desafiante y con firmeza, retando a quien se atreva a disponer de él… Patricia por su parte también es blanca pero tiene el cabello originalmente marrón, pintado de amarillo. Lo lleva corto a diferencia de Melanie, y aunque derrocha igualmente unas proporciones envidiables, es una mujer más grande desde todo punto de vista. Mas edad, mas tamaño, mas peso… Más tetas, mas culo, mas piernas… Una verdadera â??yeguaâ? como dicen en mi país. Le encanta vestir cuero negro, andar en motocicleta y en general es bastante agresiva. Melanie, por el contrario, es dulce y su manera de actuar proyecta una imagen de pura inocencia realmente encantadora. Ambas tienes los ojos claros, como yo, heredados probablemente de nuestra familia paterna.
Como es natural tras vivir en la misma casa toda una vida, los tres estamos acostumbrados a andar por todas partes en ropa interior con la mayor naturalidad. De ahí que yo este en capacidad de describir a mis hermanas con tanta exactitud, ya que las he visto en pantaletas y bracier infinidad de veces, aunque nunca antes lo había hecho con ojos distintos a los de un hermano menor. Las cosas cambiaron hace poco mas de un mes, cuando unos amigos de la cuadra comenzaron a molestarme con cuentos sobre mis hermanas, inventando que eran lesbianas, que se comían entre si, que la mayor dominaba a la menor, y cualquier cantidad de otras barbaridades que tuve que escuchar con resignación dadas las condiciones de mi vecindario… Pero uno de ellos insistió reiteradamente en que si se tratara de él ya hubiera tratado de al menos agarrarle el culo a cualquiera de las dos, aunque fueran sus hermanas… Tanto repitió la historia que termino sembrando la idea en mi mente, turbada frente a las implicaciones de semejante atrevimiento y sus posibles consecuencias si me llegara a atrever. Nunca había tomado el tema con demasiada seriedad ni considerado nada real al respecto hasta este instante en el que pude observar con detalle el preciosos cuerpo de Melanie ahí tirado, inocente, indefenso, totalmente relajado sobre el sofá, con el culo semi-descubierto por una minifalda levantada levemente por efecto de la siesta… Confieso ser un â??culo-maniacoâ?, siempre he admirado un bello culo como una parte de la sexualidad femenina fundamental… Así que decidí sentarme en el extremo opuesto del sofá, levantando delicadamente los pies de Melanie y apoyándolos luego sobre mis piernas una vez sentado. Antes le quite el control remoto y comencé a cambiar los canales, a bajo volumen para no despertarla. Al rato voltee para verificar que permanecía dormida aprovechando para explorar visualmente lo que esa hermosa hembra me estaba mostrando sin saber. Tenia puesta una tanga blanca de algodón, que le marcaba aun más las hermosas curvas de su precioso trasero. Viéndola ahí tan indefensa pensé que no seria ético hacer absolutamente nada, e incluso sentí culpa por mirar… pero mi miembro estaba comenzando a ponerse nervioso y una erección estaba en proceso tan solo con pensar en subirle la falda un poco mas… La suma de sensaciones mezcladas entre temor de ser descubierto, de estar haciendo algo prohibido, y de estimulo sexual frente al colosal espectáculo me lo pusieron a millón. Con mucho cariño y delicadeza comencé a acariciarle los pies, explorando su reacción. Al no detectar ningún cambio en ella, comencé a acariciarle lentamente las pantorrillas con la yema de los dedos, en movimientos circulares entre sus pies y sus rodillas, muy muy suave y lentamente…
No sé si lo invente, pero me pareció sentir un suspiro justo antes de que se moviera. Ella se acomodó en el sofá, volteando su cabeza, que ahora quedo orientada hacia la parte trasera del mueble, puso la mano derecha a la altura de su cara, y subió un poco su pierna derecha flexionando la rodilla. La flexión fue poca, pero suficiente para llevar el vuelo de la falda mas atrás, dejando mas a la vista sus hermosas nalgas… Volví a poner manos a la obre, ahora con una erección intolerable… Patricia no está, pensé, y Melanie esta tan dormida que no pasa nada si me acaricio un poco mas libremente… Acto seguido abrí el botón, baje el cierre y comencé a frotarlo de arriba abajo con mi mano izquierda, mientras la derecha siguió jugando en la pantorrilla… Decidí ir un poco mas lejos y apenas toque la rodilla ella se movió un poco, llevando a que su pie izquierdo, tropezara con mi pene…
El corazón se me salía del pecho… mi hermana me iba a descubrir haciéndome una paja viéndole el culo… La idea me asusto mucho, pero él seguía mirando hacia arriba como si nada pasara, bien agarrado por mi mano izquierda… Espere un instante que se me hizo eterno, y volví a la operación, pero cuando apenas toque su muslo y sentí la extrema suavidad de su piel, me vine en un orgasmo salvaje que lleno de semen mi pantalón, mis interiores, mi mano y algo mas… el pie de Melanie recibió una descarga de semen caliente… al darme cuenta casi me pongo a llorar, pero ella ni se inmuto. Con la misma suavidad con la que me senté, levante su pierna y me fui corriendo al baño a asearme, tome papel higiénico y regrese a la sala para limpiarla a ella, descubriendo para mi sorpresa que ya no estaba en el sofá…
Te imaginaras que no pude dormir esa noche pensando en las consecuencias de lo que había pasado. Cada ruidito que escuchaba me imaginaba que seria ella entrando con mis padres y la policía a darme una paliza y meterme preso por depravado… Sin embargo eso no sucedió… Al día siguiente no la vi, un día después nos vimos y ella como si nada: no se dio por enterada, a pesar de las torpezas y estupideces que hice y dije por los nervios cuando me la encontré por primera vez después del incidente…
Luego se me paso, respire tranquilo y asumí que ella o no entendió que paso, o no se dio cuenta, o prefirió hacerse la inocente para evitar tener que enfrentar una situación tan embarazosa… Y estuve tranquilo hasta el día siguiente, cuando legando a las casa â??esta vez un poco mas tarde- le televisión estaba igualmente encendida… Deje las llaves y me acerque para descubrir que estaba dormida en la misma posición, pero esta vez tenia una franelita corta que no le tapaba ni siquiera el ombligo, y unas hermosas pantaletas de seda semitransparente color carne, de esas que cuando se humedecen dejan translucir todo el encanto de los labios agitados de la entrepierna… no lo pude creer, y mi mejor amigo tampoco, parándose de inmediato en una erección que casi me rompe el cierre. Comencé a sudar de nervios y excitación ante el espectáculo, y ni siquiera me percate si había alguien mas en casa. Fui directo al mismo lugar del otro día, levante sus piernas lo suficiente para sentarme y apoyar sus pies sobre las mías, teniendo el espectáculo en primera fila… De una vez abrí mi pantalón y me agarre el miembro con la mano izquierda, mientras comencé a acariciar igualmente con los dedos de la derecha sus pies, sus pantorrillas, sus rodillas y esta vez llegue hasta la parte inferior de sus muslos. Ella parecía una vez mas la bella durmiente, pero yo me rehusaba a creer esta vez que no estuviera sintiendo nada… viendo su culo espacial pensé en el susto del otro día, en la noche que pase sin dormir y decidí chequear mi terreno. â??Melanieâ? susurre, â??estas despierta… ?â?. No hubo respuesta. Con el corazón latiendo a millón y sin para de acariciar la parte inferior de sus muslos repetí â?Melanie..â?. Al ver que no había respuesta decidí jugármela: â??Dicen que el subconsciente escucha cuando le hablan aunque estés dormida. Si quieres que siga adelante y llegue mas lejos, por favor dame una señal…â?
Sin cambiar mis caricias y con uno de sus pies rozando mi erecto pene, repetí 3 veces esa solicitud. No había terminado la tercera cuando ella se movió… Su cara volvió a quedar mirando hacia adentro del sofá, con sus labios entreabiertos…su rodilla izquierda subió casi hasta su cintura, mientras la pierna derecha permaneció recta hacia atrás, en contacto sutil con mi pene…Como resultado de su nueva posición quedo a mi vista totalmente abierta la entrepierna de Melanie, y en el centro de sus panties de seda, exactamente sobre su entrada mayor, una mancha húmeda dejaba entrever los labios vaginales palpitantes, gruesos, semiabiertos debajo de la diminuta prenda… Tuve que pensar en otra cosa y voltear para no venirme otra vez encima de ella antes de tiempo…. Para mi la señal ahora era clara, por lo que comencé a acariciar, aun muy suavemente, con la puntas de los dedos apenas rozando el interior de sus muslos, cada vez mas cerca de su ingle, cada vez más caliente… Cuando por primera vez roce el borde exterior de sus panties, jugueteando con algunos bellitos traviesos que escapaban por los lados escuche un gemido que me paralizo… Mire su cara y ella, aun con los ojos cerrados, estaba mordiendo su labio inferior… â??Hasta donde quieres que llegue hermanita, por favor dime…â? pregunte asustado y excitadísimo… su respuesta fue un ligero pero claro movimiento de caderas, abriendo sus piernas un poco mas… Comencé a frotar su entrepierna por encima de la humedad de sus bragas… acaricie sus nalgas, las frote un poco mas atrevidamente… sentí que ella me lo estaba pidiendo sin pedirlo… Deseaba chuparle el culo, besarle cada centímetro cuadrado de esas hermosas nalgas, de su ano y su entrepierna… Pero todavía no me atrevía… me limite a deslizar el dedo por dentro de la pantaleta, tocándole directamente los labios vaginales, empapando el dedo con sus líquidos al pasarlo por el borde exterior de arriba a abajo en el centro de su cueva… ella estaba evidentemente agitada, pero aun con los ojos cerrados, mordisqueando sus labios y la comisura de sus nudillos… Metí el dedo… lentamente… suavemente… acabe… salvajemente….. Tenia que volver a limpiar el desastre, fui rápido con la esperanza de regresar y continuar, pero una vez mas, al llegar, ella ya se había ido… y una vez mas, no me atreví a tocar el tema. Pero esta vez, cuando regrese a limpiar vi que una silla en la esquina opuesta al sofá, a la entrada del pasillo, estaba fuera de su lugar, y me pareció que cuando llegue estaba en su lugar. Aunque era poco probable que ella hubiera tomado esa ruta para ir al baño o a su cuarto, decidí pensar que eso fue lo que sucedió… No quería ni imaginar que sucedería si hubiera sido otra persona la que movió esa silla mientras el jugaba al sexo con su propia hermana…
Al día siguiente no la vi en la mañana y al llegar a la casa la volví a encontrar viendo televisión, pero esta vez bien despierta, boca arriba, vestida con una franela ajustada corta que dejaba al descubierto el piercing en su ombligo, y un par de pezones ponzoñosos que apuntaban hacia fuera directamente contra la franela y sin la interferencia del sujetador… Además tenia puesto el apretadísimo bluejean que levantaba las miradas, y estaba descalza, esta vez usando la pulsera de oro súper sexy que se pone alrededor del tobillo…
Intercambiamos saludos como si nada hubiera o estuviera pasando cuando ella me hizo espacio en el sofá para que me sentara en la esquina, y puso sus dos pies sobre mis piernas, estirando las de ella. â??Que tal si me haces un masaje en los pies hermanito, sí? Anda, anímate, que seguro sabes hacer buenos masajes…â? me dijo con total naturalidad, mientras mantenía su mirada en la pantalla del televisor… â??Claro!â? Repliqué, tratando de hacer lo mejor posible a pesar del limite impuesto por el blue jean. Un par de minutos mas tarde ella se dio cuenta que el pantalón estorbaba. â??Te molestan los jeans?â? preguntó, esta vez mirándome a los ojos con sus brillantes ojazos verdes. â??Si es un poco incomodo. te das cuenta? La pierna del pantalón no me deja acariciarte mas allá del tobillo…â? No había terminado de decir â??tobilloâ? cuando ella dijo â??OKâ? y aun acostada de espaldas recogió las piernas apoyando los pies sobre el sofá, mientras desabrochaba el pantalón, bajaba el cierre y decía, â??ahora vamos a estar más cómodos los dos…â?. Con la dificultad característica de los pantalones apretados en extremo, levantó su cintura mientras comenzó a quitárselo empujando para abajo… Yo me quede paralizado viendo lo que sucedía… Cuando el jeans paso la barrera de las nalgas, ella recogió las piernas hacia arriba dejando frente a mi una entrepierna abierta, rodeada de las hermosas nalgas que ya estaba comenzando a saborear en mi imaginación… Esta vez tenia puesta una tanga de encaje blanco semi-transparente, simplemente espectacular, súper sexy… Tardo un poco mas de lo usual quitándose el pantalón, mientras yo aproveche ese tiempo para disfrutar del espectáculo… lo tiro al piso y me pregunto: â??Como quieras que me pongaâ?. â??Eeeeee…â? fue lo único que pude decir hasta que ella completo, â??para facilitarte el masaje, quiero decir…â?.. â??Ah, claro, para mí es más cómodo si estas de espalda…â? Acto seguido se volteo advirtiéndome que tal vez se quedaba dormida, pero que no me preocupara y siguiera adelante. â??Que quieres que te hagaâ? pregunte, haciéndome el inocente… a lo que ella se limitó a decir â??Haz lo que te provoque…â?, apagando el televisor y cerrando los ojos como dispuesta a dormir. Le pedí que me diera un permiso para ponerme cómodo yo también, y ella me lo dio levantando las pantorrillas y los pies para que yo pudiera pararme del sofá. Mientras me quitaba el pantalón ella se mantuvo así, por lo cual cuando volví al sofá fui directo a chuparle los dedos de los pies como inicio de mi masaje… Ella se retorció de inmediato pero ya no volvió a decir ni una palabra… Mientras chupaba sus pies acariciando sus pantorrillas, mi pene se puso otra vez a millón… Comencé a acariciarle los muslos, que con sus piernas pegadas impedían llegar a su interior. â??Abre las piernasâ? dije, a lo que ella respondió de inmediato, levantando además un poco su cintura… Sin dejar de lamer sus pies y pantorrillas, metí la mano izquierda por el interior de sus muslos acercándome a su hermosa y húmeda cuchara, sobando muy delicadamente los bordes exteriores de la tanga sobre su ingle. Su respiración entrecortada esta vez se escuchaba con claridad… Me la iba a coger y ella lo sabia… Besando, respirando sobre su piel, lamiendo poco a poco y ahora con el apoyo de mis dos manos y todo mi cuerpo fui acercando por ambos muslos hasta llegar a la fuente de mi fantasía… comencé a besarle las nalgas y frotarlas frenéticamente… sin quitarle las panties… Pero era el momento de consumar mi mayor deseo…â? â??Melanie: Ofrécemelo, quiero comérmelo…â? A lo que ella respondió levantando su cintura apoyada sobre sus rodillas, conmigo entre sus piernas. Agarrando sus dos nalgas con fuerza y pasión, metí la lengua entre ambas por encima de la mini prenda que las cubría… Una segunda lamida y con mi mano izquierda aparte a un lado la pantaleta y le metí la lengua hasta donde pude sacarla de mi garganta dentro de su hueco negro… ella jadeaba con fuerza mientras yo me comía su culo con ansias… lamiendo, besando, metiéndole la lengua… â??Quiero ver como desaparece tu dedo en el culo mientras sigo comiendo…â? Ella ya no decía nada, solo obedecía, y mientras yo comencé a chupar frenéticamente su entrepierna, mordisqueando sus labios vaginales, presionando su clítoris, metiendo la lengua y recogiendo con ella sus deliciosos y viscosos jugos, ella introdujo lentamente su dedo anular dentro de su ojete… Yo volví a chuparle el culo mientras ella jugueteaba dentro de si con el dedo hasta que no pude mas, saque su mano y me la cogí… primero por atrás… El rugido que salió de su garganta me asustó, haciéndome pensar que le hice daño… pero lejos de quejarse comenzó a moverse al compás de mis embestidas mientras se masturbaba con furia metiendo la mano por dentro de su tanga, que aun estaba ahí, arrimada a un lado… La saque del culo y sin preguntar ni pensar si lo metí hasta adentro de un solo golpe, certero y deliciosos, por entre sus piernas… Seguimos así hasta que me di cuanta que su franela esta levantada y ella misma se sobaba las tetas… La voltee, y por primera viéndonos la cara se la volví a meter hasta adentro, y comencé a frotar sus tetas…
Mientras seguía cogiéndomela con movimientos rítmicos, con una mano tocándole las tetas y la otra agarrándole las nalgas o sobándole la pierna, acerque mi rostro hasta el suyo, deteniéndome justo cuento nuestros alientos se mezclaran, a pocos milímetros de distancia, viéndola directamente a los ojos… En esa posición, rostro a rostro y sin voltear la mirada susurre… â??No te da pena? Te estás cogiendo a tu hermano…â? Su respuesta fue un intenso beso de lengua que la llevo a correrse en lo que pareció ser un intenso y prolongado orgasmo, que a su vez me hizo sentir que me venia… No me atreví a acabar dentro de ella, y cuando salí, pensando en acabar masturbándome sobre su barriga, ella se acerco a mi oreja y me susurro â??en el culo. Es tuyo…â? volteándose, abriendo sus nalgas con ambas manos y ofreciéndome ese maravilloso templo de placer prohibido solo para mí… No me dio chance de meterla… apenas la apoye sobre su hueco la descarga de semen lleno todo: culo, cuchara, piernas, y lo mas grave… el sofa… Tras recuperar el aliento y reirnos por unos instantes en uns risa complice y nerviosa mientras yo estaba sobre su espalda, un ruido casi nos mata de un susto. Salte a ver de que se trataba, y lo único que vi fue nuevamente fuera de su posición la silla que el día anterior estaba movida… Será que nos vieron? Pensé… Me acerque para poner la silla en su lugar para encontrar pegado en el espaldar un papel con este mensaje: â??El video que tome puede ser un excelente negocio para cualquier productor de peliculas porno… y un excelente documento para ser revisado por Papa, Mama, tu Jefa y el equipo de Volleyboll de Melanie. Claro que con un poco de colaboración, tal vez podamos llegar a un acuerdo. Los espero en mi cuarto mañana, a las 2 de la tarde. No me interesa si tenían compromisos. Decidan ustedes que es más importante… Con cariño, Pati.â? La historia de mi aventura, apenas comenzaba…
Continuará…

Author: master_aqui

2 thoughts on “Una escena incestuosa

  1. me pusiste a mil! me recordaste muchos encuentros con mi hermana cuando eramos adolescentes y fingía estar dormida, muy buena redaccion y excitante a mas no poder, esperamos la segunda parte!

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