Me llamo Jenny y esta es la historia de mis dos malditos hermanosTengo 19 años; Andrés, el mayor de mis hermanos tiene 26 y Rodolfo 22. No siempre nos hemos llevado bien, pero en general teníamos pocos pleitos. Cuando yo empecé a crecer, Rodolfo me molestaba mucho diciéndome que estaba muy fea y que nunca conseguiría novio ni me casaría; en cambio Andrés siempre me decía que me veía guapa y que cada vez me ponía más buenota. Los dos comentarios me molestaban, pero en cierta forma me halagaba que Andrés me chuleara; me empecé a preocupar cuando ya lo hacía muy seguido. Incluso hubo ocasiones en que me dijo que no me fuera yo a acostar con cualquier tipo porque él lo mataría y a mí me castigaría. De repente me di cuenta que mis dos hermanos empezaron a correrme a los novios; un día les reclamé y me dijeron que ya no lo harían, pero siguieron espantándome a los muchachos.
Hace como tres años estaba yo viendo que mi cuerpo ya se había desarrollado bastante y como hacía ejercicio me mantenía bastante bien; me gustaba el cuerpo de mujer que ya tenía; tenía pretendientes a escondidas, pero en cuanto mis hermanos se daban cuenta de alguna manera los hacían alejarse de mí, al grado que ya casi ninguno de los muchachos de la escuela o de la colonia se me acercaba.
En una ocasión estaba yo en el baño, me había terminado de bañar y contemplaba en el espejo mi cuerpo desnudo, el cual me gustaba mucho, era casi perfecto, tengo tetas grandes, buen trasero y cintura pequeña; aunque soy castaña me gusta teñirme el cabello de color claro; de repente, la puerta se abrió de golpe y entró Andrés; rápidamente tomé una toalla y le grité que tocara antes de entrar; él se me acercó y me dijo que para contemplar un cuerpo tan hermoso no necesitaba permiso, noté que traía aliento alcohólico e intenté salir del baño, pero él me arrinconó y me dijo que yo le gustaba mucho y me abrazó, quiso besarme en la boca, pero yo volteé la cara y grité pidiendo auxilio; él me dio una bofetada y me dijo que no gritara porque estábamos solos en la casa y tomándome del cabello húmedo me obligó a besarlo; al tratar de alejarlo ya no pude sostener la toalla y esta cayó al piso, Andrés me acariciaba las tetas y besaba mi cuello; su fuerza me impedía moverme, hasta que vi un espacio libre y le di un rodillazo en los genitales; el se dobló del dolor y yo corrí desnuda hacia afuera del baño; en el pasillo me encontré de frente con Rodolfo, le pedí ayuda y le dije que Andrés me quería violar, estaba yo tan absorta en la explicación que no me di cuenta que él no me prestaba atención, solo veía mi cuerpo desnudo y sin más ni más me tomó entre sus brazos y me besó en la boca, quise zafarme, pero no pude pues me agarró totalmente desprevenida, en eso vi que Andrés salía del baño y le gritó a Rodolfo que me llevara a su recámara; quise rehusarme, pero Rodolfo me jaló de los brazos y me obligó a ir allá; grité con toda mi fuerza hasta que Andrés me dio un golpazo en el estómago que me dobló al sacarme el aire y me ordenó callarme; me aventaron boca arriba sobre la cama y se desnudaron sin dejar de verme.
Andrés le ordenó a Rodolfo que me detuviera las manos, como yo estaba atravesada en la cama, él se pasó al lado contrario y me sostuvo de las muñecas por encima de mi cabeza, en ese momento yo apenas estaba recuperando el aire por el golpazo que me dio Andrés y antes de que yo dijera nada, él me dijo que no gritara ni me resistiera porque me iría peor y enseguida me obligó a abrir las piernas; se subió a la cama y colocó su pene en la entrada de mi vagina, no pude evitar llorar y suplicarle que no lo hiciera, incluso le recordé que somos hermanos, pero Andrés me dio una bofetada y me dijo que si no me callaba me tendría que amordazar; me callé, pero seguí llorando en silencio.
Andrés empezó a empujar y su pene penetró despacio en mi vagina, la cual estaba totalmente seca; por lo que me provocó mucho dolor y sin poder aguantar más, grité con todas mis fuerzas, por lo que mi hermano me cubrió la boca con su mano, evitando que pudiera seguir gritando; sentí como su pene me penetraba totalmente, causándome mucho dolor, quise soltarme y moverme hacia arriba para evitar la penetración, pero no podía moverme, Rodolfo me sostenía con fuerza y Andrés estaba encima de mí, besándome desde el cuello hasta las tetas y penetrándome mientras decía frases como: â??Ah mamacita, que buena estás, siempre te me habías antojadoâ?, â??Mmmm Jenny, coges bien ricoâ?, â??Que sabrosa estás, ¿te está gustando mamacita?â?. Quise responderle que me estaba doliendo, pero el no esperó ninguna respuesta con mi boca tapada, se movió adentro y afuera de mí gozando lo que me hacía mientras yo sufría; creo que él gozaba con mi dolor, sentí que un líquido escurría entre mis piernas y me di cuenta de que mi hermano me acababa de desflorar; él siguió cogiéndome un buen rato hasta que de repente se detuvo y gimió con fuerza, clavándome la verga hasta el fondo, allí sentí como su pene escupía semen dentro de mí, se quedó quieto un momento y luego sacó su miembro escurriendo de mi vagina, yo seguía llorando y Andrés me regañó, diciéndome que de seguro me había gustado, que no me hiciera la sufrida.
Rodolfo me soltó las manos y yo me sobé las muñecas, pues él me sostuvo muy fuerte, me iba a levantar cuando Andrés me detuvo de los hombros diciéndome: â??A donde vasâ?, Rodolfo se pasó al mismo lado que Andrés y entre los dos me colocaron boca abajo, me jalaron de las piernas hasta la orilla de la cama, de tal manera que me hicieron hincarme en el suelo mientras mi cuerpo quedaba doblado sobre la cama, sentí la lengua de Rodolfo dentro de mi vagina, eso no fue tan desagradable, pero yo estaba muy tensa como para disfrutarlo, pero noté que mi vagina empezaba a lubricarse, después de su lengua, Rodolfo metió un dedo en mi vagina y empezó a moverlo dentro de mí, yo no quería disfrutar, pero el placer empezó a crecer en mí e involuntariamente empecé a moverme, Andrés dijo: â??Ya ves, si bien que le gusta a esta pirujaâ?; Rodolfo se colocó hincado detrás de mí y sentí como su pene me penetraba de nuevo, al estar yo lubricada fue más fácil para él entrar y me lo clavó hasta el fondo, empezó a moverse dentro de mí, yo no sabía si gozar la cogida o llorar por el hecho de saber que mi hermano me estaba violando; en eso sentí como Rodolfo me tomó del cabello y me jaló hacia atrás, obligándome a levantar la cabeza; me llevé las manos a la cabeza y le grité que no hiciera eso, él, por toda respuesta me tomó de las muñecas y jaló mis brazos hacia atrás; en esa posición siguió cogiéndome hasta que tuvo su orgasmo y sentí como su semen entraba en mi vagina.
La verdad es que yo me vine antes que él, pero no quise mostrar placer para que mis hermanos no se dieran cuenta de que me había gustado la cogida, pero aún así, Andrés se acercó a mi y me dijo: â??te gustó como te cogió él ¿verdad puta?â?. Yo no respondí, pero eso hirió el orgullo de Andrés que siempre se ha creído un gran semental y entonces me dijo: â??Ya disfrutarás conmigo, hermanita, verás como te voy a hacer gozar; por lo pronto debo advertirte que no digas nada de lo que pasó hoy porque te puede ir muy mal, además recuerda que Mamá está enferma y un disgusto la puede mandar a la tumbaâ?; no dije nada, sabía que mi Madre podría morir por un fuerte disgusto y decidí callar; no sé si fue lo mejor por lo que vino después, pero no tuve más remedio.
Eso no fue todo, más adelante les contaré de varias aventuras que he tenido con mis hermanos malditos.