Relato enviado originalmente por Francisco Glez el 21 de Septiembre del 2000 a www.SexoServicio.com
Ella Q. F. B., yo médico, 3 meses de novios ella trabajaba en su
habitual laboratorio, iba a buscarla por las tardes, esperándola afuera
del mismo, cuando en una ocasión al llegar a buscarla se había tardado, no
dude en llamarle por teléfono a su laboratorio, para una explicación, me
comento que iba a tardar, eran como las 6 : 00 P.M. para ese tiempo la
mayoría de los empleados del laboratorio ya se habían retirado,
proponiéndome que entrara a esperarla adentro, acepte inmediatamente entre,
comencé a observar con meticulosidad todo el inmueble, luego de un rato,
comencé a observarla a ella y cada uno de sus movimientos, cada rincón de su
pequeño y encantador cuerpo de mujer, ella podía sentir con discreción mi
fuerte interés por todos y cada uno de sus gestos.Había pasado media hora y ella pronto acabaría sus labores pero antes
que ello ocurriera comencé a besarla y a rodear su cintura con mis brazos,
poco a poco acerque mi pené que comenzaba a ponerse erecto a su vagina y así
interrumpidos por las vestimentas podía frotarle mi verga en su concha, al
mismo tiempo que nos besábamos con intensa y magnética pasión.
Ella continuaba aun así continuaba con sus deberes, mientras tanto yo
continuaba estimulándola intensamente y poco a poco fui acercando mi mano a
su papaya al llegar metí la mano por dentro de su jeans y comencé nuevamente
a bajarla, claramente podía sentir todo su calor y como este aumentaba
conforme más bajaba la mano, podía palpar los pelos de su monte de venus y
la forma de su monte finalmente y después de un tiempo tocando su monte
llegue a sus labios vaginales, tan suaves, tan finos, tan míos , tan
completamente húmedos y calientes, podía mover mis suaves , delicados y
largos dedos por todo su oloroso y rico bizcocho.
pronto llego el final de sus labores y entonces le propuse irnos a un
pequeño cuarto que ahí se encontraba esperándonos para un mutuo y sabroso
goce sexual.
La lleve al cuarto y una vez ahí todo este juego sexual se intensifico, se
vio amplificado por el deseo de dos cuerpos candentes, dejándose llevar por
el deseo carnal y cohibiendo a la moral y a la razón, solo deseo, solo
pasión nada ni nadie importa en esos momentos el universo es un universo de
pasión.
Comenzó a bajarme la bragueta, mientras mi calentura subía al hacerlo, podía
sentir el fluir de la sangre caliente a través de mi hermoso miembro viril,
finalmente esté salió y ella comenzó primero a contemplarlo para después
llevárselo a la boca suavemente lo tragaba cada vez mas a profundidad, los
rítmicos movimientos con mi pené dentro su boca eran increíbles.
Le comencé a bajar sus jeans y la subí en la mesa para luego con la yema de
mis dedos jugarle el clítoris con movimientos cada vez más rápidos, no los
podía soportar y era tanta su satisfacción que sus piernas vibraban, todo
un orgasmo . Al ver eso más continuaba con la estimulación.
Saque el condón que llevaba en la cartera y me lo coloco ambos estábamos
entonces casi desnudos y comencé a mecérsela poco a poco en su pañocha, y
finalmente tras largas acometidas por delante y por detrás vino la
eyaculación que hice dentro de ella con todo y condón.
Salimos del inmueble y éramos dos seres de inconmensurable felicidad.
Lo volvimos a repetir en varias ocasiones hasta que un día estábamos a
medio camino cuando la jefa del laboratorio entro y entonces…..